LISBOA, viernes, 9 febrero 2007 (ZENIT.org).- En esta entrevista difundida por la agencia de noticias de la Iglesia católica en Portugal «Ecclesia», el presidente de la Comisión Episcopal del Laicado y de la Familia, el obispo António José Cavaco Carrilho (auxiliar de Porto), explica –según cuestiones que se le plantearon desde el Secretariado Nacional del Apostolado de Laicos y Familia- la debida actitud del católico ante el referéndum que el próximo domingo abordará la legalización del aborto en tierras lusas.

Por su interés, publicamos amplios pasajes de la misma.

--¿Cómo se está preparando la participación de los católicos al referéndum? ¿Qué está en juego?

--Monseñor Cavaco Carrilho: Como ciudadanos, los católicos se preparan a una participación al referéndum como todas las demás personas. Apelamos a la conciencia cívica, al sentido de corresponsabilidad social, al deber de no abstenerse.

Como católicos, más específicamente, buscamos proporcionarles las informaciones y las clarificaciones de la conciencia moral sobre todo lo que está involucrado en los objetivos del referéndum.

Es importante, sin falta, que los católicos:

- Conozcan y sepan afirmar los principios relativos a los derechos fundamentales de la persona humana, el primero de los cuales es el derecho a la vida.

- Puedan reconocer que lo que es una exigencia de la propia naturaleza humana, de la ética o de la moral natural, es del todo conforme al imperativo de la fe y de la moral cristiana.

- Aclaren su conciencia y sean capaces de actuar en conformidad y coherencia.

Lo que está por lo tanto en juego en esta preparación es motivar y movilizar el «no» a la abstención, y motivar una participación en conciencia y coherencia.

--¿Es aconsejable la implicación de los fieles en una causa que divide a la sociedad portuguesa? --Monseñor Cavaco Carrilho: Más que aconsejable ¡es indispensable! En una sociedad pluralista como quiere ser la nuestra, todos tienen el derecho de afirmar los propios puntos de vista, sin que ello signifique, necesariamente, crear divisiones, barreras y confrontación entre las personas. Si fuera así, ¿dónde estaría la capacidad de diálogo y debate sobre las cuestiones fundamentales de la vida de las personas; dónde estaría la madurez como capacidad de reconocer las diferencias, respetar el pensamiento de los demás, afirmar las propias convicciones y los propios valores?

Sería una traición respecto a la propia conciencia hacer callar la Buena Nueva de la Vida frente a varias manifestaciones de una cultura de la muerte, que no es siquiera necesario enumerar. No estamos contra nadie, ¡estamos por la vida! ¡Y estar por la «cultura de la vida» obliga a defenderla y a promoverla, a buscar soluciones y respuestas positivas, con justicia y sentido de fraternidad, con serenidad, con gran amor por la vida!

--En síntesis, ¿cómo expresa el pensamiento de la Iglesia sobre el aborto?

--Monseñor Cavaco Carrilho En síntesis: ¡La Iglesia está a favor de la vida! Defiende el hecho de que se respete el derecho a la vida, desde el primer instante de la concepción hasta su fin natural. Para la Iglesia está claro que destruir el principio de una persona, el embrión, es destruir una vida humana, una persona en su inicio, y por esto no puede aceptar el aborto provocado.

Ello, sin embargo, no significa que la Iglesia no reconozca o disminuya los problemas reales de las personas y las situaciones profundamente dolorosas que están ligadas o subyacen a la cuestión del aborto desde el punto de vista humano y social. La Iglesia conoce los problemas, pero piensa que la solución no reside en facilitar la práctica del aborto: hay que hallar soluciones, en el ámbito de la educación, de la solidaridad y de la justicia social; es necesario educar en una paternidad responsable, sostener a las madres y a las familias en dificultades, hallar formas de acoger a los niños no deseados.

Cuando están en juego los derechos fundamentales de la persona humana -¡el derecho a la vida es el primero!-, las razones de la inteligencia y de la conciencia moral deben prevalecer sobre las razones ligadas al sentimiento.

--¿Cómo movilizar a los católicos por esta causa, por la causa del «no»?

--Monseñor Cavaco Carrilho: El agente principal de esta movilización es la conciencia misma, cuando queda aclarada con los datos de la ciencia y de la ética natural y con la perspectiva de la fe y de la moral cristiana.

Es bien sabido que la Iglesia siempre ha condenado el aborto, porque considera que desde el primer momento de la concepción existe un ser humano, con toda su dignidad, con el derecho de existir y de ser protegido. La ciencia no lo desmiente; es más, lo confirma. Se trata, por lo tanto, de un valor universal, de ética natural, no sólo de un precepto de la moral religiosa; y es por esto que hay muchos hombres y muchas mueres que, aún no siendo creyentes, están contra el aborto y su legalización.

--¿Qué piensa de la pregunta del referéndum? [En ella se cuestiona: «¿Está de acuerdo con la despenalización de la interrupción voluntaria del embarazo, si se realiza, por opción de la mujer, en las primeras 10 semanas, en un establecimiento de salud legalmente autorizado?». Ndt] ¿Será comprensible para la población en general?

--Monseñor Cavaco Carrilho: Desde mi punto de vista, la pregunta no está formulada de manera correcta y hasta induce a error, favoreciendo una interpretación equívoca:

- se habla de «despenalización», pero lo que se propone es la «legalización»: despenalizar legalizando;

- se habla de «interrupción voluntaria del embarazo», pero lo que se quiere es poner fin al embarazo, destruyendo al embrión o al feto;

- se admite que ello se practique por simple voluntad de la mujer-madre, y nos preguntamos si el padre no tiene nada que ver con la vida que ha sido engendrada;

- se legaliza hasta la décima semana, y se sigue sin saber por qué 10 y no 2, 8 ó 12, si el embrión tiene ya en sí todo el dinamismo del desarrollo del ser humano;

- se legaliza el aborto, a condición de que sea practicado en estructuras sanitarias autorizadas, permaneciendo la cuestión: en el caso de los abortos clandestinos, que no dejarán de existir, ¿habrá penalización y se negará la asistencia hospitalaria gratuita a quien eventualmente la necesite?

Es bueno que las personas sean conscientes de estas ambigüedades de la pregunta a la que responderán el 11 de febrero, a pesar de que haya sido considerada aceptable por el Tribunal Constitucional, si bien por la ventaja de un solo voto.

--¿Cree que será una batalla perdida?

--Monseñor Cavaco Carrilho: Al contrario. Pienso que la batalla se ganará, cualquiera que sea el resultado del referéndum y de la legislación que sea elaborada.

Estoy seguro de que la movilización de los grupos por la vida, prácticamente en todo el país, constituirá una buena contribución al discernimiento de los católicos y de mucha otras personas

Gracias al debate y al diálogo, subrayando las razones y las diferencias de los puntos de vista entre los distintos grupos cívicos, muchos habrán obtenido con seguridad una conciencia mayor de los derechos fundamentales de la persona humana y del respeto que merecen; muchos habrán sabido reconocer el valor de los principios científicos, éticos y religiosos, independientemente de las personas o de las figuras públicas que los afirman; muchos regularán su vida de acuerdo con el orden moral, aunque la legislación no esté en consonancia o de acuerdo con esto.

[Traducción del original portugués realizada por Zenit.]