LYÓN, lunes, 12 febrero 2007 (ZENIT.org).- En una declaración común, los responsables cristianos, judíos y musulmanes de la región de Lyón, Francia, llaman la atención sobre la institución del matrimonio como referencia fundamental de la humanidad.
Entre los firmantes de la declaración, fechada el pasado 6 de febrero, se encuentra el cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyón.
«La cuestión –dice la declaración– es saber hoy si la ley puede autorizar el matrimonio de dos personas del mismo sexo. No se trata de un simple debate de sociedad, sino de una elección mayor, sin precedentes en la historia de la humanidad. No es un regalo que se deba hacer a las generaciones futuras».
Los firmantes de la declaración subrayan que «hay ya bastantes sufrimientos ocasionados por la fragilidad de los lazos familiares, sin hablar de las enfermedades que afectan a nuestros seres queridos y los lutos. Esta fragilización se debe para muchos en la dificultad que encuentran los adultos para ayudar a los jóvenes a construir su vida».
«¿Cómo podrán éstos adquirir una formación sólida, afrontar su futuro con confianza, cumplir con la obligaciones de una profesión y construir en el equilibrio su propia familia, si se relativiza la institución del matrimonio?», se preguntan los líderes religiosos.
«Es capital no hacer confusa esta referencia fundante de la humanidad», responden.
Una institución tan esencial, recuerdan los firmantes de la declaración, «no puede estar sometida a las fluctuaciones de las corrientes de pensamiento. Se sitúa más allá de las diferencias religiosas o de las separaciones ideológicas».
En un momento en el que muchos docentes constatan la dificultad creciente de los jóvenes nacidos en familias rotas de seguir correctamente su escolaridad, se preguntan los líderes religiosos: «¿Se puede verdaderamente pensar en una tal perturbación cuyas consecuencias podrían ser devastadoras?».
«La experiencia muestra que estamos pagando caro hoy haber dejado saquear la naturaleza –afirman–. ¡No vayamos ahora a desestructurar la humanidad, que es el centro de toda la creación!».
La declaración concluye afirmando que «es una mentira pretender que es indiferente para un niño crecer o no con un padre y una madre. Las referencias fundantes de la humanidad se construyen en la diferencia y la complementariedad del hombre y de la mujer».
«Los creyentes ven que esto lo atestiguan los relatos de la creación que les trasmite la Palabra de Dios: “Al principio, Dios creó al hombre y a la mujer”. Están llamados a unirse en el matrimonio para dar la vida y hacerla crecer. Tal es la base original sobre la que se fundan nuestras vidas personales, nuestras familias y nuestras sociedades. ¡No olvidemos que es frágil!».
Firman la declaración el cardenal Philippe Barbarin, arzobispo de Lyon; Azzedine Gaci, presidente del Consejo Regional de Culto Muslmán Ródano-Alpes; el padre Athanase Iskos, sacerdote de la Iglesia Ortodoxa Griega; Kamel Kabtane, rector de la Mezquita de Lyon; el reverendo Chris Martin, ministro de la Iglesia Anglicana; el pastor Jean-Frédéric Patrzynski, de la Iglesia Luterana; Richard Wertenschlag, gran rabino de Lyón y de la región Ródano-Alpes; el pastor John Wilson, de la Iglesia Evangélica Baptista; y monseñor Norvan Zakarian, obispo de la Iglesia Armenia Apostólica.