CIUDAD DEL VATICANO, martes, 20 febrero 2007 (ZENIT.org).- El cardenal Paul Poupard, presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, invitó este martes a visitar el Vaticano al jeque Mohamed Sayyed Tantawi, gran imán de Al-Azhar al-Sharif, conocido como la autoridad espiritual más elevada para cerca de mil millones de musulmanes suníes.
El cardenal Poupard, que también es presidente del la Comisión para las Relaciones Religiosas con los Musulmanes, y presidente del Consejo Pontificio de la Cultura, fue recibido por el jeque en El Cairo.
«Recibido en un clima de gran cordialidad, el cardenal Paul Poupard transmitió al jeque Tantawi las felicitaciones de Su Santidad Benedicto XVI y la invitación del Papa a encontrarle en Roma, invitación que fue aceptada con satisfacción», dice un comunicado distribuido por la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
«El encuentro permitió evaluar el trabajo del Comité Mixto para el Diálogo, establecido entre el Comité Permanente de Al-Azhar para el Diálogo con las Religiones Monoteístas y el Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligiosos, que se reúne anualmente, alternativamente en El Cairo o en Roma, el 24 de febrero, en recuerdo de la visita del Papa Juan Pablo II a Al-Azhar, el 24 de febrero de 2000, así como los diferentes aspectos de las relaciones entre cristianos y musulmanes», informa la nota vaticana.
En su estancia en Egipto, el cardenal tiene prevista una visita al ministro de Religión de ese país, Hamdi Zaqzuq.
En 1986 Mohamed Sayyed Tantawi fue nombrado gran muftí de Egipto a los 58 años. Mantuvo este cargo durante 10 años, hasta que fue nombrado gran imán de la mezquita de Al-Azhar y gran jeque de la Universidad del mismo nombre por el presidente Hosni Mubarak, el 27 de marzo de 1996.
En el año 2003 llamó a los terroristas suicidas «enemigos del Islam», añadiendo que las «personas de diferentes religiones deberían cooperar y no enredarse en conflictos y animosidades. El extremismo es el enemigo del Islam. La yihad es permitida por el islam para defender la propia tierra o para ayudar a los oprimidos. La diferencia entre la yihad en el Islam y el extremismo es tan grande como la que existe entre el cielo y la tierra».
Hablando tras los atentados del 11 de septiembre de 2001, el jeque afirmó: «No es de ningún modo un signo de valor matar a una persona inocente, o a miles de personas, incluyendo a hombres, mujeres, y niños».