CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 21 febrero 2007 (ZENIT.org ).- Se verifica la paradoja de que actual la sociedad «ideológicamente tolerante» no está dispuesta a soportar la objeción de conciencia, alerta el vicepresidente de la Academia Pontificia para la Vida (PAV).
Al intervenir en la presentación a la prensa, el martes, del Congreso Internacional de la PAV –una cita abierta, organizada por el organismo vaticano el vienes y sábado que viene-, monseñor Jean Laffitte advirtió de los riesgos de «un nuevo concepto de tolerancia» procedente de la modernidad.
La cuestión, que él mismo abordará en profundidad en el Congreso, tiene fuertes implicaciones respecto al tema del encuentro: «La conciencia cristiana en apoyo del derecho a la vida».
El referido nuevo concepto de tolerancia –explicó monseñor Laffitte-, por la modernidad, ha dejado de ser una expresión de la clásica virtud de la prudencia y por lo tanto de ser una virtud práctica, erigiéndose una tolerancia ideológica en rango de virtud teórica.
Una «pretensión» de «esencia política» de la que se derivan «innumerables consecuencias en el orden de la ética», como más adelante mostró.
En cualquier caso, observó que a nivel social poco a poco se ha creado una «sociedad ideológicamente tolerante» en la que, «en el sentido contemporáneo del término», paradójicamente «no está dispuesta a soportar, no puede tolerar la objeción de conciencia, dado que ésta de alguna manera escapa a su control».
Se trata de la sociedad que «no tolera que haya una verdad que hay que buscar; que tal verdad pueda tener un carácter universal, que sean necesarios los debates de fondo», añadió.
Es una sociedad «tolerante» que se queda al nivel «del intercambio de opiniones relativas» y se sitúa siempre «por encima de los debates» reivindicando «el derecho a juzgar a las partes presentes»; «su postura la sitúa siempre prácticamente del lado de las posiciones más teóricamente tolerantes, ciertamente las menos molestas para el equilibrio consensual que pretende mantener», describió.
La clave es que «de este modo impone un pensamiento único que puede generar un totalitarismo ideológico y social», denunció monseñor Laffitte.
Aludió a lo que ocurre en las «cuestiones ligadas a la protección de la vida humana», como es el paradigmático caso del aborto: «La ideología que lo ha presentado como un derecho personal de la mujer embarazada, ha privado a la sociedad -lamentó- de reflexionar serenamente sobre la cuestión fundamental el estatuto del embrión, por temor a que se ponga en cuestión esta elección legislativa».
Y ello porque se han suprimido «de toda reflexión futura los criterios esenciales que le permitirían afrontar estos temas», recalcó.
Es aquí donde se sitúa la objeción de conciencia, en cuanto implica el rechazo de una ley positiva por motivos «que deben poder referirse a la instancia de la conciencia moral, en la que entran en juego otras leyes, leyes inmutables, no escritas, de naturaleza religiosa o moral».
Monseñor Laffite, cuya ponencia en el Congreso trazará la historia de la objeción de conciencia, recordó que «siempre en la historia se ha ofrecido el testimonio de hombres y mujeres que, llegados a un momento decisivo de su existencia, en el que se impone una opción personal de alcance religioso o moral, se han encontrado en la situación de tener que desobedecer a la ley civil».
En la base de la «objeción de conciencia -precisa- se encuentra siempre la convicción de que el hombre deberá responder de sus actos», por ejemplo «ante el Dios Justo y Misericordioso de los cristianos».
El fundamento ético y jurídico a la objeción de conciencia frente acciones que violan el derecho a la vida será uno de los temas fundamentales del Congreso Internacional de la PAV.
[Página oficial de la PAV: http://www.academiavita.org/]