SYDNEY, jueves, 5 julio 2007 (ZENIT.org).- Sentido teológico, compositores, intérpretes, letra, partitura y descarga en «mp3»: todos estos aspectos del himno de la Jornada Mundial de la Juventud 2008 ya están disponibles en la web oficial www.wyd2008.org.
«Receive the Power» («Recibe la Fuerza»), escrita por Guy Sepastian y Gary Pinto, es la composición elegida –entre 120 presentadas– como tema musical o himno del gran encuentro de fe y fiesta que vivirán jóvenes de todo el mundo con el Papa en julio del año que viene en Sydney (Australia).
Su interpretación en inglés corre a cargo de Guy Sebastian y Paulini. La versión internacional del himno (con el estribillo en inglés y las estrofas en italiano, español y francés) incluye la interpretación, además, de Robert Galea, Germán Silva y Amelia Farrugia respectivamente.
En el enlace http://www.wyd2008.org/index.php/es/wyd08/wyd08_song se puede conocer a estos «jóvenes de fe y artistas de primera» -describe la organización-, así como hacer pedidos del CD o del DVD de «Receive the Power».
El lanzamiento oficial de «Receive the Power» tuvo lugar el 1 de julio en el Tumbalong Park de Darling Harbour.
Centro del tema musical es el lema escogido por el Papa para la JMJ de Sydney: «Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que descenderá sobre vosotros, y seréis mis testigos» (Hechos 1,8).
Para uso no comercial, la versión en inglés y la versión internacional de la canción se puede descargar, en formato «mp3», en el enlace antes indicado. Igualmente está disponible la letra y la partitura -ambas, por ahora, en versión original- en formato «pdf».
En una reflexión teológica sobre «Receive the Power», el obispo coordinador de la JMJ’08, monseñor Anthony Fisher, reconoce en la composición dos partes: en una, Cristo renueva su promesa de enviar el Espíritu Santo y se lleva a cumplimiento; en otra, Cristo señala la vida que emana de este don: ser sus testigos.
En la canción, Cristo Resucitado se dirige a los jóvenes del mundo: «¡Aleluya, Aleluya! Recibe la fuerza del Espíritu Santo». Ellos responden: «Te seguiremos hasta los confines de la tierra», «Responderemos a tu voluntad», «Testigos para siempre de tu misericordia y amor inquebrantable».
«Este diálogo en el Espíritu entre Cristo y el joven discípulo es el corazón de la Jornada Mundial de la Juventud», subraya el prelado australiano.
Uno de los objetivos e indudables frutos de la JMJ es el redescubriendo de la riqueza de la Palabra de Dios, aspecto también armonizado en el himno, pues casi toda su letra –constata el obispo Fisher- procede de las Escrituras.
La composición logra también convocar una reflexión sobre la potencia del Espíritu Santo en la vida de los jóvenes, y es profundamente cristológica porque el llamamiento –de parte del Espíritu- a ser testigos se refiere al testimonio de Cristo.
Igualmente se trata de un himno «eucarístico» -prosigue el prelado-, dado que mueve «a la adoración y a la acción de gracias». Es un extremo clave, pues, lógicamente, el momento también más importante de toda la JMJ es la Santa Misa con el Papa, y otro de sus frutos es una mayor devoción eucarística.
Universal» (o «católica») -por su convocatoria a jóvenes de toda lengua y nación, y la unidad en el Espíritu- y «escatológica» -por el horizonte futuro sin divisiones entre pueblos-, la canción de la JMJ’08 además se sitúa en continuidad catequética con los himnos de las Jornadas precedentes, respetando la especificidad de la de Sydney, concluye monseñor Fisher.