ROMA, jueves, 19 julio 2007 (ZENIT.org).- «El “misterio” de Francisco sólo se comprende en Jesús», explica el cardenal Attilio Nicora, legado pontificio para las dos Basílicas papales de Asís, en el prólogo a un libro que se acaba de publicar con los discursos pronunciados por Benedicto XVI al visitar esa ciudad de Italia el pasado 17 de junio.
Según el purpurado, «justo el encuentro con Jesús y su seguimiento han hecho de Francisco un hombre singularmente nuevo: si olvidáramos que vivía totalmente en Jesús y para Jesús y que quería vivir como Él, a la manera pura del Evangelio, simplemente no comprenderíamos quién es Francisco».
«Partiendo de esta identidad cristocéntrica –explica el cardenal Nicora–, la figura del gran santo de Asís no es “canonizada” de modo indebido ni se quita nada a su pluriforme originalidad».
«Más bien –añade el Legado Pontificio– se reencuentran en ella en toda su frescura los grandes rasgos que la historia, la piedad, el arte han celebrado: el amor a la Iglesia, al “señor Papa”, al obispo, a los sacerdotes ministros de la Eucaristía; la apertura confiada hacia cada hombre; el compartir la “minoridad” de los marginados; el anuncio del perdón dirigido a todos; el diálogo con los no cristianos vivido en admirable conjunción de pasión por la verdad de Jesús y respeto discreto y paciente hacia el otro; la transparencia de un corazón que reconoce la impronta de Dios en todas las criaturas y las asocia al canto de acción de gracias y alabanza».
El cardenal Nicora subraya que «la intensa jornada vivida por el Papa Benedicto XVI en Asís, el 17 de junio pasado, «ha representado un modo singular de expresar el carisma propio de los sucesores del apóstol Pedro, el de confirmar en la fe a los hermanos».
«Se trata no sólo de reproponer con claridad y plenitud las verdades de la fe cristiana de siempre sino de ayudar a comprender, en coherencia con una visión de fe, eventos y figuras de la existencia contemporánea y de la historia de la Iglesia, que de otro modo perderían su genuino significado», añadió el purpurado.
Según el cardenal, «el Papa nos ha devuelto a San Francisco en su verdad originaria y en su atrayente mensaje siempre actual. Lo ha hecho dejando transparentar de manera conmovida su personal familiaridad con el gran santo de Asís, convirtiendo así su enseñanza en un testimonio e invitándonos a un resdecubrimiento apasionado».
