ARANJUEZ (MADRID), martes, 24 julio 2007 (ZENIT.org–Veritas).- El arzobispo Angelo Amato, SDB, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, intervino este martes en el Curso de Verano «Benedicto XVI: Pensamiento y propuesta en el II Aniversario de su Pontificado», que se está desarrollando durante esta semana en Aranjuez, organizado por la Fundación Universidad Rey Juan Carlos.
Antes de pronunciar su conferencia, «Jesús de Nazaret en la Cristología de Benedicto XVI» en torno al libro del Papa, el arzobispo tuvo un breve encuentro con algunos periodistas, en el que respondió a preguntas sobre el último Documento de la Congregación para la Doctrina de la Fe, «Respuestas a algunas preguntas de la Doctrina sobre la Iglesia».
El texto, considera, es «muy positivo» para el encuentro ecuménico porque da una «identidad precisa a la Iglesia católica» y «el ecumenismo es hecho sobre la verdad y sobre la identidad de los interlocutores».
El prelado dijo que el texto repite lo que ha dicho el Concilio Vaticano II, que la «única Iglesia de Cristo subsiste en la historia en la Iglesia católica» y añadió que al sostener esto no afirma un «vacío» eclesial fuera de la Iglesia católica. De hecho, aclara que las iglesias ortodoxas orientales tienen una recta comprensión de la sucesión apostólica y de los sacramentos, sobre todo de la Eucaristía, y se pueden considerar por tanto «iglesias».
Respecto a las comunidades eclesiales de la Reforma –que no aceptan la sucesión apostólica y una recta comprensión de la Eucaristía– monseñor Amato explicó que ellas mismas se llaman «comunidades eclesiales de la Reforma» y esta definición la usa tanto la Congregación para la Doctrina de la Fe como el Concilio Vaticano II.
Sobre la reacción de los protestantes ante el Documento, monseñor Amato desmintió que hubiera «molestias», porque «ellos saben que ésta es nuestra identidad y no es la primera vez que la Congregación afirma esto». Además, el arzobispo recordó que en el año 2000, la famosa Instrucción «Dominus Iesus», afirmaba exactamente lo mismo.
Asimismo, el prelado insistió en la importancia para el diálogo ecuménico de reconocer que la Iglesia de Cristo no es un «mito» o un «ideal» que se hará realidad con la unión de las iglesias, sino que subsiste en la historia en la Iglesia católica.
«La Iglesia de Cristo existe en la historia es ya una realidad concreta en la historia, que busca la unidad, a través del diálogo ecuménico, con todas las otras expresiones», subrayó.