LORENZAGO DI CADORE, jueves, 26 julio 2007 (ZENIT.org).- El afecto que los habitantes de los Dolomitas han manifestado a Benedicto XVI en sus paseos durante las vacaciones de verano a veces le intimida, reconoce su secretario.
El Santo Padre «se queda sorprendido, incluso intimidado» ante manifestaciones de cariño de los fieles que ha encontrado en sus salidas por Cadore, pero «ha aprendido muy bien este lenguaje cariñoso», ha explicado monseñor Georg Gaenswein en declaraciones al diario «Il Giornale».
«De vez en cuando se puede ver que el Papa se queda sorprendido, incluso intimidado ante tanto afecto, simpatía y amor demostrado por los fieles»¸ ha dicho el secretario del Papa que llegó el 9 de julio con el obispo de Roma a la localidad alpina italiana de Lorenzago di Cadore para pasar unas vacaciones que concluyen este viernes.
«Al inicio he compartido esta observación. Después he podido constatar que el Papa ha aprendido muy bien este lenguaje cariñoso, respondiendo con gestos sencillos y humildes, pero muy elocuentes»¸ añade.
«Y la gente se da cuenta inmediatamente de que el Papa no busca aplausos y no quiere llamar la atención, sino que quiere guiar a los fieles a Cristo. Este es el auténtico objetivo de la reacción del Papa. Y el corazón de los hombres lo ha entendido muy bien».
El secretario del Papa explicó además que en los días de vacaciones Benedicto XVI ha estado informado de la situación internacional, pues los contactos con la Secretaría del Estado Vaticano y con sus colaboradores más cercanos no se han interrumpido.