«Chile puede mucho más», afirman empresarios cristianos

SANTIAGO, miércoles, 5 septiembre 2007 (ZENIT.org).- La Unión Social de Empresarios Cristianos (USEC) acogió positivamente el llamado que ha hecho el Presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Alejandro Goic, a promover la justicia y la equidad con buena disposición y búsqueda de propuestas.

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El organismo gremial expresó su satisfacción por el debate nacional que se ha generado en torno a este tema y valoró que, a iniciativa de la Presidenta de la República, se definiera la creación del Consejo para la Equidad Social con una amplia representatividad: «Una tarea de reflexión que juzgamos necesaria, y con la cual nos sentimos plenamente identificados ya que coincide con la esencia de nuestro quehacer».

La USEC promueve la práctica de los conceptos de la Doctrina Social de la Iglesia Católica. Estos principios básicos son el respeto a la dignidad de las personas, el bien común, el principio del destino universal de los bienes, el principio de la subsidiaridad, la participación y la solidaridad; los cuales se asocian a cuatro valores íntimamente ligados entre sí: la verdad, la justicia, la libertad y el amor fraterno.

En su declaración, plantea que la sostenibilidad de toda empresa emana de un clima de confianza y colaboración entre todos sus miembros, el que sólo se consigue con un trato percibido como justo por todos los participantes. Al mismo tiempo, establece que «los actuales criterios y objetivos de la empresa no pueden ser exclusivamente de naturaleza financiera o comercial, sino deben estar fundamentalmente basados en el respeto a la dignidad de las personas con las que interactúa y en especial con sus colaboradores más directos».

Los empresarios cristianos agrupados en USEC se declaran convencidos de que el crecimiento económico es el factor fundamental para reducir y eliminar la pobreza, y que para lograr esto la empresa debe ser cuidada y respetada en su unidad. «Chile puede y debe aspirar a mucho más que derrotar la pobreza», añaden según explica en un comunicado la página web de la Conferencia Episcopal de Chile.

Desde esa certeza, invitan a mirar con mayor atención los «verdaderos problemas de nuestra realidad social, que son a nuestro juicio, la baja productividad y los altos índices de trabajo informal. Ambos fenómenos tienen su raíz en la mala calidad de la educación, la falta de hábitos de trabajo que están limitando seriamente las posibilidades de ocupación en muchos jóvenes y las restricciones que la ley impone al trabajo formal».

Asimismo, expresan su preocupación por el «clima de agitación y violencia que están generando movimientos, muchas veces ilegales y que están afectando seriamente la libertad de trabajo y el derecho natural de propiedad».

A juicio de USEC, la mejor herramienta de un trabajador para obtener una remuneración adecuada «dependerá fundamentalmente de sus capacidades y del acceso a un mercado laboral que le ofrezca múltiples oportunidades».

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ZENIT Staff

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