NARSARSUAQ, viernes, 14 septiembre 2007 (ZENIT.org).- La belleza de la creación de Dios está siendo destruida, y los creyentes de todos los credos deberían trabajar juntos para detener la destrucción, dijo el cardenal Theodore McCarrick.

El arzobispo emérito de Washington, D.C., habló el martes a través de Radio Vaticana de la necesidad de proteger el medio ambiente. Sus declaraciones tuvieron lugar a raíz de su participación en el séptimo simposio organizado por la ONG «Religión, Ciencia y Medio Ambiente», que concluyó el 12 de septiembre.

El simposio, en el que se reunieron líderes religiosos y sociales en Groenlandia, contó con el patrocinio del patriarca ortodoxo Bartolomé I.

El cardenal McCarrick declaró que «este es un lugar santo, debido a la obra de Dios. El Señor nos entregó este mundo, esta belleza, que tiene una importancia extraordinaria para el bienestar del mundo entero. Estando aquí, podemos dar gracias a Dios por este mundo, gracias por este lugar, gracias por la oportunidad de vivir y habitar en estos lugares, porque esta es su casa».

«Pero --añadió el cardenal de 77 años-- también sabemos que es necesario hacer algo de manera que la grandeza del mundo siga adelante, la belleza del mundo, la santidad del mundo. Estamos aquí para decir que somos una familia y que debemos salvaguardar la casa de la familia».

El lunes, los participantes visitaron Nuuk, sede de la única iglesia católica en Groenlandia.
El cardenal McCarrick animó a la gente de todas las religiones a trabajar juntos para proteger el medio ambiente.

«Hemos visto esta belleza, pero también tenemos que ver, lamentablemente, que todo esto está siendo destruido --concluyó--. Creo que debemos participar y unirnos para poder hacer algo bueno en este momento, para el futuro del mundo y de las futuras generaciones».