Para la hermana Celine estas cartas son una nueva lección para sus hijas espirituales: «si la Madre no hubiera tenido fe, no hubiera podido hacer las cosas que hizo durante toda su vida; cuanto más ama el Señor, más sabe probar».
La hermana recuerda que «el Señor salvó el mundo con sufrimiento y oscuridad y de aquellas palabras en la Cruz «Dios mío, Dios Mío, por qué me has abandonado», no se puede deducir que no tuviera fe».
«El Señor no necesita nuestro sentimiento, porque éste va y viene; ¿significa esto que cuando no hay sentimiento no hay fe?», se pregunta la hermana Celine.
«Lo que ha hecho la Madre Teresa, nadie lo habría hecho sin fe. También nosotras estamos llamadas a esta santidad», añadió.
La religiosa recordó que su vocación nació precisamente en el sur de India –de donde es originaria–, cuando vio y escuchó a Madre Teresa: «al oírla y experimentar su mirada y su modo de hablar, sentí algo dentro de mi corazón que me impulsó a seguir su forma de vivir, a seguir a Jesús».
«La Madre me decía que el único deseo de su vida era trabajar por los demás, sin la santidad, la vida está perdida: Nuestra vida es para el Señor.»
El Hogar de Madrid, fundado el 31 de julio de 1986, fue el primero de las Misioneras en España, y fue inaugurado por Madre Teresa, en presencia de la reina doña Sofía y su hermana Irene de Grecia. A ésta fundación seguirían las de Barcelona, Sabadell y Murcia. En la actualidad, unas 25 hermanas se
reparten en estas comunidades.
El Hogar de Madrid, además de acoger la residencia de las hermanas, es también hogar para personas abandonadas y enfermos de Sida; y cuenta con un comedor para pobres que puede albergar a 200 personas.
Madre Teresa había estado por primera vez en España en 1976, cuando el cardenal Vicente Enrique y Tarancón la invitó a fundar una casa en nuestro país; en ese momento ya había un grupo de voluntarios de las Misioneras.