TEGUCIGALPA, lunes, 17 de septiembre de 2007 (ZENIT.org).- La Red Informática de la Iglesia en América Latina (RIIAL) constituye una de las pocas respuestas continentales a la «info-pobreza», el nuevo desafío surgido con la era de la comunicación.
Así se ha podido constatar en el primer día de sesiones de la décima reunión de esta realidad eclesial, promovida por el Consejo Pontificio de las Comunicaciones Sociales, en colaboración con el Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales.
El cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa, por ejemplo, ilustró cómo en las parroquias de Honduras se han comenzado a crear escuelas de informática e Internet que permiten «alfabetizar informáticamente» a niños y jóvenes que no tienen acceso a estas tecnologías.
Tras explicar que estas escuelas se seguirán desarrollando en los próximos años, reveló que se está estudiando la posibilidad de impulsar la distribución entre estudiantes del país de ordenadores portátiles a manivela, de un costo aproximado de unos 100 dólares, que han sido diseñados por un proyecto de la Universidad de Harvard bajo la guía de Nicholas Negroponte.
El arzobispo Claudio Maria Celli, presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, en su intervención inaugural invitó a los casi cien participante a no contentarse «con avivar el diálogo y la presencia entre quienes ya participan de esta cultura».
«Nos compete esforzarnos día a día en la inclusión de los menos favorecidos, de los olvidados, para que la sociedad no se pierda la enorme riqueza humana que ellos poseen, y para que ellos no queden ignorados y sin oportunidades de desarrollarse y crecer en igualdad de dignidad con el resto de sus contemporáneos», afirmó el arzobispo italiano.
«Que nadie quede excluido del banquete de la cultura y del diálogo social», advirtió, confesando su preocupación por la falta de acceso a las nuevas tecnologías que se da en África.
Monseñor Lucio Ruiz, oficial de la Congregación del Clero, coordinador del equipo de técnicos de la RIIAL, constató que en estos años esta red se ha demostrado particularmente eficaz en las regiones latinoamericanas más alejadas del acceso a las nuevas tecnologías.
Puso el ejemplo de Perú, donde la RIIAL llevaba a lomos de asno ordenadores y conectividad a zonas rurales. De hecho, uno de los criterios que caracterizan la labor de la RIIAL es la de ponerse al servicio de los últimos de la era de la comunicación.
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