MADRID, lunes, 24 septiembre 2007 (ZENIT.org).- El arzobispo de Madrid, cardenal Antonio María Rouco afirmó, en su habitual alocución para la Cadena COPE, que Educación para la Ciudadanía (EpC) coloca «a muchos padres de familia en una delicada situación de conciencia, a la que no puede ser ajena ninguna institución de la Iglesia».

Para el cardenal «a los padres de familia no puede faltarles, en la defensa legítima de sus derechos inalienables, ni el apoyo de la comunidad eclesial, ni el de sus pastores, y mucho menos el de las comunidades educativas cristianas», según subrayó la Delegación de Medios del Arzobispado de Madrid.

Según manifestó el arzobispo de Madrid, está en juego «el crecimiento y pleno desarrollo de la personalidad del niño y del adolescente» y expresó que EpC, «por su condición de obligatoria para todos y por la programación de sus contenidos, objetivos y criterios de evaluación, es abiertamente contraria a ese principio ético-jurídico, cuya vigencia es anterior y precede a la de las leyes positivas del Estado, y que se concreta en el derecho fundamental de los padres a decidir cuál es el tipo de educación moral y religiosa que quieren para sus hijos».

Según el arzobispo de Madrid, el Estado debe garantizar y la Iglesia servir a las demandas libres de los padres y concluyó que es «en el respeto o no respeto de este principio del derecho fundamental de los padres a la educación moral y religiosa de sus hijos» donde «se juega en una decisiva medida no sólo el futuro en paz, solidaridad y libertad de sus hijos sino también el de toda la sociedad e, igualmente, con no menor intensidad, el de la libertad religiosa en general».

El cardenal Rouco brindó su apoyo «a los padres de familia en el ejercicio de este derecho tan fundamental para el bien de sus hijos y de toda la sociedad» y pidió un apoyo «claro, decidido, valiente y generoso como pedíamos los obispos de la Comisión Permanente de la CEE».