CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 7 noviembre 2007 (ZENIT.org).- El encuentro que reunió en Rávena, del 8 al 14 de octubre pasado, a los diversos miembros de la Comisión mixta internacional para el diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto permitió llegar a un punto de encuentro sobre la cuestión de la comunión eclesial.
Lo revela monseñor Eleuterio F. Fortino, subsecretario del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, en un artículo de «L’Osservatore Romano» (edición en italiano, 7 de noviembre de 2007), comentando los resultados de la X Asamblea Plenaria en la que participaron 27 delegados católicos (de los treinta de la Comisión), y de casi todos los delegados de las Iglesias ortodoxas.
El tema central fue: «Las consecuencias eclesiológicas y canónicas de la naturaleza sacramental de la Iglesia: comunión eclesial, conciliaridad y sinodalidad en la Iglesia».
El estudio del tema había sido ya iniciado en la sesión plenaria anterior en Belgrado, del 18 al 25 de septiembre de 2006, sobre un proyecto elaborado en Moscú, en 1990, por la Comisión Mixta de Coordinación de la Comisión, que no fue debatido en sesión plenaria hasta 2006.
En esta sesión, el estudio fue completado y se aprobó un documento común que estudia el ejercicio de la autoridad y la colegialidad en la Iglesia, a diversos niveles: local (diócesis), regional (metropolita y patriarcado), indicando «la presencia y el papel de un “protos”, un primero, con particulares prerrogativas», afirma monseñor Fortino.
A nivel local, el «protos» es el obispo; mientras que a nivel regional, sobre todo en la tradición oriental, aunque haya formas diversas de autoridad y conciliaridad a nivel regional, también en la Iglesia católica de tradición latina, es evidente la figura del Patriarca como «protos» en una Iglesia.
En Rávena, explica monseñor Fortino, se ha logrado «una convergencia de visiones que permite avanzar en términos más precisos en la reflexión».
El documento de Rávena, explica, «es una válida premisa para seguir el diálogo, aunque, como se ha recordado, este documento no compromete por ahora a las autoridades de las dos partes, ni la misma comisión considera terminado el estudio, que deberá continuar».
La Comisión mixta del diálogo católico-ortodoxo ha publicado hasta ahora cuatro documentos comunes, que no han sido aún aprobados por las autoridades de las dos partes: «El Misterio de la Iglesia y de la Eucaristía a la luz del misterio de la Santa Trinidad» (Munich, 1982); «Fe, Sacramentos y Unidad de la Iglesia» (Bari, 1987); «El sacramento del orden en la estructura sacramental de la Iglesia. En especial, la importancia de la sucesión apostólica para la santificación y la unidad del pueblo de Dios» (New Valamo, Finlandia, 1988); «El uniatismo, método de unión del pasado, y la búsqueda actual de la plena unidad» (Balamand, Líbano 1993).
La actual fase de diálogo entre ortodoxos y católicos se enmarca en el contexto de los resultados logrados y expresados en estos cuatro documentos comunes, que encuentran su perspectiva en la teología de la «koinonia», es decir de la comunión eclesial en la unidad de fe, de vida sacramental y de ministerio.
La Comisión mixta, instituida por el papa Juan Pablo II y el patriarca ecuménico Demetrio I, el 30 de noviembre de 1979, en Estambul, en la fiesta de San Andrés (Patrono de la Iglesia de Constantinopla), empezó su camino en 1980 y reanudó su trabajo en 2006, tras un paréntesis de seis años, debido a divergencias.
La Comisión, explica monseñor Fortino, ha programado también el trabajo de preparación de la próxima sesión plenaria que estará centrada en «El papel del obispo de Roma en la comunión de la Iglesia en el primer milenio».
Con este objetivo, ha nombrado dos subcomisiones mixtas de estudio (con ocho miembros cada una, cuatro católicos y cuatro ortodoxos), que se reunirán en la primavera de 2008; mientras que la Comisión de Coordinación, que se congregará en otoño de 2008, basada en los informes de las dos subcomisiones, elaborará una síntesis orgánica que someterá a la sesión plenaria, prevista para otoño de 2009.
Al frente de la Comisión mixta católico-ortodoxa hay dos copresidentes: el cardenal Walter Kasper, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, y el metropolita ortodoxo de Pérgamo, Ioannis Zizioulas.