CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 9 noviembre 2007 (ZENIT.org).- La presidencia del Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM), en el mismo día en que se reunió con Benedicto XVI en Roma, este viernes, envió una carta de solidaridad a los obispos de Venezuela por los ataques que han sufrido tras expresar su juicio moral sobre el proyecto de reforma constitucional.
La misiva, enviada a monseñor Ubaldo Santana, arzobispo de Maracaibo, presidente de la Conferencia Episcopal de Venezuela, apoya la exhortación «Llamados a vivir en libertad» emitida por los obispos venezolanos el 20 de octubre para «iluminar, desde una valoración ética, el juicio y la decisión que sobre el proyecto de reforma corresponde asumir a los venezolanos en asunto de tanta importancia para el presente y futuro del país».
El documento califica de «inaceptable a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia» la reforma constitucional que está impulsando el presidente Hugo Chávez.
«No obstante el tono constructivo y el interés por aportar que tiene de trasfondo la exhortación publicada por ustedes –afirma la presidencia del CELAM–, hemos visto que desde algunos sectores se han lanzado ataques e improperios que buscan denigrar y menospreciar la opinión manifestada, y más aún ponen en entredicho el papel de pastores y guías que los obispos tienen ante sus fieles».
Por ello la presidencia del CELAM, guiada por monseñor Raymundo Damasceno Assis, arzobispo de Aparecida, manifiesta su «más absoluta solidaridad y espíritu de acompañamiento en esta hora que como Iglesia en Venezuela, y como sociedad en general, están atravesando».
«Pedimos a Dios su auxilio y su luz para que quienes tienen la misión de orientar los destinos de su país, sepan escuchar todas las voces que se manifiestan en función de la reforma constitucional planteada, y en un clima de tolerancia y diálogo, puedan buscar los caminos más idóneos para encauzar a esa querida nación por el camino del desarrollo con justicia social», afirma la presidencia del CELAM.
«También pedimos al Dios todopoderoso que siga animando y fortaleciendo el papel profético que como pastores tienen que jugar en este momento y sepan orientar al pueblo de Dios por el camino de la paz», añade la misiva.
La misiva está firmada también por monseñor Víctor Sánchez Espinosa, obispo auxiliar de México (México), secretario general.