Al final de la audiencia general de este miércoles, el Papa recordó a los peregrinos hablando en francés que hace 120 años «Teresita vino a encontrarse con el Papa León XIII, para pedirle permiso para entrar en el Carmelo, a pesar de ser demasiado joven».
«Hace 80 años –siguió recordando–, el Papa Pío XI la proclamaba patrona de las misiones y, en 1997, el Papa Juan Pablo II la declaraba doctora de la Iglesia».
«Después de esta audiencia, tendré la alegría de rezar ante sus reliquias, al igual que pueden hacerlo numerosos fieles durante toda la semana en las diferentes iglesias de Roma», confesó.
La peregrinación con las reliquias de la santa a Roma estaba encabezada por el obispo de Bayeux y Lisieux, monseñor Pierre Pican y por el rector de la basílica de Lisieux, monseñor Bernard Lagoutte.
En estos últimos años las reliquias de la santa, han sido veneradas en numerosos países y lugares, a menudo custodiadas en monasterios carmelitas. Esta vez las reliquias permanecerán en Italia hasta el próximo 27 de diciembre.
Miles de personas de todo el mundo, unas 80 mil, se reunieron el 19 de octubre de 1997 para participar en la celebración en la que Juan Pablo II proclamó a santa Teresa de Lisieux doctora de la Iglesia.
En su homilía el Papa Karol Wojtyla dijo: «Todos percibimos que hoy se está realizando algo sorprendente. Santa Teresa de Lisieux no pudo acudir a universidades ni realizar estudios sistemáticos. Murió muy joven y, a pesar de ello, desde hoy tendrá el honor de ser doctora de la Iglesia, un notable reconocimiento que la exalta en la estima de toda la comunidad cristiana más de lo que pudiera hacer un «título académico»».