CIUDAD DEL VATICANO, miércoles, 14 noviembre 2007 (ZENIT.org).- El Sínodo de los Obispos convocado por el Papa el próximo octubre buscará reforzar la práctica del encuentro con la Palabra de Dios como fuente de vida en todos los ámbitos: personal, familiar y social.
«El Sínodo sobre la Palabra de Dios ya ha empezado: no hay que esperar al 5 de octubre de 2008, cuando el canto del "Veni creatori spiritus" dé inicio a los trabajos de la asamblea presididos por el Papa, porque en todo el mundo la Iglesia ya está "dentro" de esta gran experiencia de comunión y de diálogo», escribe «L'Osservatore Romano» en su edición italiana diaria del 14 de noviembre de 2007.
«Y la conclusión del Sínodo no tendrá lugar el 26 de octubre, con la Misa que celebre el Papa: un Sínodo no se cierra nunca --añade--, no dura sólo cuatro semanas, porque sus frutos se ven en la cotidianeidad de la Iglesia, tanto en el tiempo de la preparación como en el sucesivo de la actuación».
El diario sintetiza así las claves que apunta el Secretario general del Sínodo de los Obispos, el arzobispo Nikola Eterovic, en una entrevista sobre esta gran cita eclesial sobre «La Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia».
Tal tema refleja «la expectativa de la Iglesia universal», confirma: en el Sínodo precedente, hace dos años, «ya surgió el tema de la Palabra de Dios como prioritario», y «en nombre del Santo Padre pedí por escrito a los responsables de las Iglesias orientales "sui iuris", a los presidentes de las Conferencias Episcopales, a los jefes de los Dicasterios de la curia romana, al presidente de la Unión de los superiores generales, que propusieran temas oportunos de afrontar».
«Las respuestas indicaron el tema de la Palabra de Dios --recalca--. No es, por lo tanto, un tema que el Papa ha elegido por casualidad, sino el fruto de una amplia consulta eclesial».
Esta elección revela «con toda evidencia una necesidad (a los cuarenta años de la "Dei verbum", una de las cuatro constituciones dogmáticas conciliares): retomar el tema de la Palabra de Dios», y de hecho, también están llegando a la secretaría del Sínodo «muchas contribuciones de fieles laicos que viven profundamente el sentido de esta gran experiencia comunitaria», expresa el arzobispo Eterovic.
Una «feliz coincidencia» es, en su opinión, que el Sínodo coincida con el año paulino convocado por el Papa. «Con San Pablo también nosotros estamos invitados a redescubrir y anunciar la Palabra de Dios», apunta.
«Debemos actuar de manera que los fieles conozcan más la Sagrada Escritura», para lo que sería oportuno --considera— retomar también «el Catecismo de la Iglesias Católica, profundizar en la relación entre Escritura, tradición y magisterio».
«El desafío que tenemos por delante es el de ayudar a la gente a acercarse cada vez más a la Palabra de Dios --reconoce--: para muchos el punto de contacto con la Sagrada Escritura es únicamente la liturgia dominical. Es positivo, pero se necesita más»; hay que impulsar que se «respire» la riqueza de la Escritura «por ejemplo a través de la experiencia de la "lectio divina"».
Por lo tanto brota del Sínodo un objetivo pastoral; «profundizando en las razones doctrinales, se pretende extender y reforzar la práctica de encuentro con la Palabra como fuente de vida en los distintos ámbitos de la experiencia –explica monseñor Eterovic--, proponiendo a los cristianos y a los hombres de buena voluntad vías adecuadas y fáciles para escuchar a Dios y hablar con Él».
«Los fieles sabrán después traducir las indicaciones que de ahí se derivan para su vida personal, familiar y social. Así la Palabra de Dios tendrán una incidencia cada vez más evidente», subraya.
Por Marta Lago