El cardenal Dziwisz constata que Europa no puede vivir sin alma

Recibe un doctorado «honoris causa» junto a George Weigel

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BARCELONA, jueves, 15 noviembre 2007 (ZENIT.orgVeritas).- El cardenal Stanislaw Dziwisz, secretario particular del Papa Juan Pablo II, y el escritor George Weigel, defendieron una Europa basada en los valores cristianos y el mundo grecolatino, en el acto de investidura como Doctores Honoris Causa por la Universidad Abat Oliba CEU, este miércoles en Barcelona.

El cardenal Dziwisz se refirió a numerosos pensamientos de los Papas Juan Pablo II y Benedicto XVI sobre esta Europa religiosa: «Europa no puede vivir sin alma –afirmó–. Debe respirar con dos pulmones por su propio bien y como signo de esperanza para el mundo».

Para el arzobispo de Cracovia, antiguo secretario del Papa Karol Wojtyla, durante 39 años, Juan Pablo II fue una figura clave en la liberación de Europa, y destacó la gran influencia que ejercieron sobre él los carmelitas españoles San Juan de la Cruz y Santa Teresa de Jesús.

Monseñor Dziwisz también destacó que los cristianos deben llevar sus creencias a la vida pública y pidió que todos puedan mostrar sus ideas.

Por su parte, Weigel afirmó en su discurso de investidura que «Europa sufre una crisis de moral civilizadora frente a los Estados Unidos». El autor de la biografía de Juan Pablo II «Testigo de esperanza», citó al jesuita Henri de Lubac para afirmar que existe un humanismo ateo que propugna la liberación del hombre y su alzamiento como ser autónomo, que pasa por matar al Padre Dios, lo cual provoca el terror al intentar lograr el Paraíso ultramundano.

También citó al filósofo Charles Taylor y su «humanismo exclusivo» y advirtió que en Europa actualmente no se puede apelar a ningún valor religioso, moral o trascendente para sostener la política, como mostró el caso Rocco Buttiglione, lo cual no es más que el viejo nihilismo o el llamado hastío metafísico que nos deja inermes frente a frente a ciertos islamistas.

En una rueda de prensa anterior al acto de investidura, al que asistieron unas trescientas personas, los dos doctorandos explicaron experiencias que vivieron junto a Juan Pablo II.

Dziwisz destacó que, para el Papa, España era muy importante, y agradecía la predicación de muchos españoles en lugares lejanos de Asia y África. «Para mí era una enorme gracia trabajar a su lado –dijo-. Vivió como un santo, porque el hombre se vuelve santo durante toda su vida».

El cardenal explicó que el Papa Juan Pablo II decía que su atentado lo recibió como una gracia porque la Iglesia así lo necesitaba». También dijo que de joven, el Papa rezaba tumbado en el suelo con los brazos en forma de cruz.

Respecto a sus enseñanzas sociales, el cardenal recordó que el Papa recibió muchas críticas por ellas, pero siempre intentaba mantener una línea independiente de las condiciones políticas.

Weigel valoró el trabajo de Dziwisz como secretario del Papa, marcado por su «gran vida espiritual» y señaló que él «intentaba no cerrar puertas, sino abrirlas».

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ZENIT Staff

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