Esperanza para hijos del divorcio: los «Grupos de palabra»

Iniciativa de la Universidad Católica de Milán

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MILÁN, jueves, 15 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Conscientes del «grandísimo sufrimiento» de los menores por la separación de sus padres, la Universidad Católica de Milán instituyó un apoyo específico para ellos: los «grupos de palabra».

«¿Qué será de mí? ¿Podré ver todavía a papá o a mamá? ¿Dónde dormiré? ¿Quién me dará de comer? ¿Quién me recogerá en el colegio?»: son interrogantes que, entre otros muchos, se hacen los hijos de estas tragedias, apunta el diario italiano «Avvenire» en su suplemento de familia del viernes pasado, haciéndose eco de la iniciativa terapéutica.

Desde hace dos años, los «grupos de palabra» que formó la Universidad Católica de Milán ofrecen un espacio de apoyo e intercambio a niños de seis a doce años con padres separados o divorciados. Es parte del Servicio de psicología clínica para la pareja y la familia, abierto al público.

El «grupo de palabra» lo dirigen psicólogos que también actúan como mediadores familiares y que se han formado específicamente para ello.

Del enorme sufrimiento de los menores por las separaciones de sus padres se tiene experiencia en el lugar, y evidencias en Italia y otros países europeos, como Francia y Bélgica, explica al diario Costanza Marzotto, profesora de la Universidad Católica de Milán.

«En los grupos de palabra hemos observado que el evento que afecta a los adultos con frecuencia no se explica suficientemente a los niños», alerta.

En ellos los efectos de la separación se pueden traducir en confusión, miedo, desorientación en la organización de la propia vida diaria, culpabilidad, depresión infantil por un luto (por la pérdida) no lo suficientemente elaborado.

Los niños «oyen hablar de abogados y de tribunales, y no entienden. Y si los padres piensan que los hijos no escuchan o que no saben, es verdad en cambio que aquellos reciben los sucesos de los mayores y sustituyen las informaciones reales, que con frecuencia no se les dan, con fantasías», explica la profesora Marzotto.

El objetivo del «grupo de palabra» es el de ofrecer una ocasión para poner nombre a estos sucesos, adquirir información, y también explicar qué emociones se experimentan, así como los miedos por la separación.

«En muchas familias se acumulan fuertes tensiones y los niños asisten a eventos traumáticos –dice la psicóloga–. El grupo de palabra permite reconstruir y recordar el suceso específico que, una vez nombrado, se descifra y redimensiona».

Por Marta Lago

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ZENIT Staff

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