SANTIAGO, viernes, 16 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Los obispos de Chile han hecho un llamamiento a la solidaridad a favor de los damnificados del terremoto que el miércoles sacudió el norte del país, provocando la muerte de al menos dos personas, decenas de heridos e importantes daños materiales.
Una nota emitida por la Conferencia Episcopal Chilena, firmada por su presidente, monseñor Alejandro Goic Karmelic, obispo de Rancagua, garantiza las oraciones de los católicos «por el descanso eterno de las personas que han perdido la vida» así como por «la paz y el consuelo para sus familiares, y el pronto alivio de quienes han sufrido lesiones».
«Queremos expresar nuestra cercanía hacia las familias que han perdido sus hogares y bienes. Agradecemos la preocupación desplegada por autoridades, organismos de voluntariado y diversas instituciones que han concurrido en ayuda de nuestros hermanos más afectados», sigue diciendo el comunicado.
Los obispos invitan «a las comunidades de nuestra Iglesia a hacer un gesto solidario, colaborando en las misas de este fin de semana en una colecta especial y extraordinaria destinada en forma exclusiva para este propósito».
Para todas las personas de buena voluntad que quieran apoyar las iniciativas solidarias que se están emprendiendo en ayuda de las familias damnificadas, los obispos ponen a disposición la Cuenta Corriente de Caritas Chile número 000-00117-01 del Banco de Chile.
«El dinero que allí se reciban serán destinados en forma inmediata a través de las redes de Caritas en las diócesis y parroquias más afectadas», afirma la declaración.
Hay unos 15.000 damnificados, debido a que cerca de 4.000 viviendas vieron afectada su estructura por el terremoto, cuya magnitud alcanzó 7,8 grados Richter.