CIUDAD DEL VATICANO, lunes, 26 noviembre 2007 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha enviado una delegación de alto nivel a la cumbre entre israelíes y palestinos que busca relanzar el proceso de paz en Oriente Medio.
La Oficina de Información de la Santa Sede ha confirmado que encabezará la delegación presente en Annapolis (Maryland, Estados Unidos) monseñor Pietro Parolin –subsecretario para las Relaciones con los Estados–. Monseñor Franco Coppola, consejero de nunciatura, le acompañará.
El domingo pasado, tras rezar el Ángelus, el Papa hizo una fuerte petición de oración específicamente por la paz en Tierra Santa.
Con ayuda de la comunidad internacional, desde el martes, en Annapolis, israelíes y palestinos intentarán relanzar sus negociaciones con vistas a una solución justa y definitiva al conflicto que desde hace sesenta años ensangrienta tierra Santa, dijo Benedicto XVI ante miles de fieles y peregrinos.
Recordó las muchas «lágrimas y sufrimientos» que este conflicto ha causado en los dos pueblos.
La Conferencia Episcopal estadounidense convocó el domingo una Jornada especial de oración por esta importante cita.
De ahí la petición del Papa a la unidad en la oración, para implorar del Espíritu Santo la paz para la tan amada región de Tierra Santa –expresó– y también la necesaria prudencia y valor de todos los protagonistas del importante encuentro.
La Jornada de oración promovida por el episcopado estadounidense se enmarca en un camino que ya emprendió hace décadas para promover la paz en Tierra Santa, recuerda «L’Osservatore Romano» –edición italiana del 26-27 de noviembre–.
El encuentro de Annapolis «ofrece mucha esperanza», reconoce el nuevo cardenal Daniel Nicholas DiNardo –arzobispo de Galveston-Houston– recién creado cardenal, en el diario del Papa.
«Espero que cuantos están implicados en esta conferencia internacional se empleen con diligencia en una resolución que asegure una paz efectiva en la región de Oriente Medio», subraya, uniéndose al llamamiento del Santo Padre.
De acuerdo con el purpurado, comunidades parroquiales y católicos de todo el territorio estadounidense «están orando, siguiendo las indicaciones de los prelados, a fin de que se concrete la perspectiva de paz entre los pueblos israelí y palestino».
Y es que, en una iniciativa de tipo político, la oración «tiene un gran valor, también para el futuro», advierte.
«Estamos llamados a perseverar en la oración», «confiando a Dios nuestra esperanza de paz también en las próximas semanas y en los próximos meses», porque es de esperar –concluye el cardenal DiNardo– que la conferencia de Annapolis promueva ulteriores conversaciones de paz en la región.
Por Marta Lago
