CIUDAD DEL VATICANO/ESTAMBUL, jueves, 29 noviembre 2007 (ZENIT.org).- En el camino hacia la unidad de católicos y ortodoxos, ha llegado a Estambul la delegación vaticana que, por la festividad de San Andrés, entregará el viernes al Patriarca (ortodoxo) ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, un mensaje y un regalo de Benedicto XVI.
La visita corresponde al habitual intercambio de delegaciones por las respectivas fiestas patronales, el 29 de junio en Roma por la celebración de san Pedro y San Pablo, y el 30 de noviembre en Estambul.
El Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos confirma, en un comunicado difundido este jueves, que su presidente, el cardenal Walter Kasper, encabeza la delegación vaticana, en la que se cuenta el secretario del dicasterio, el obispo Brian Farrell, y el padre Vladimiro Caroli, oficial de la Sección Oriental del mismo; en Estambul se suma el nuncio apostólico, monseñor Antonio Lucibello.
Este año la delegación vaticana tiene una tarea especial –subraya el comunicado–: entregar un recuerdo especial del Santo Padre en el primer aniversario de su histórica visita a Turquía y de su encuentro con el «Hermano de Oriente».
Bartolomé I recibirá, de parte del Papa, una bellísima reproducción del «Cordero Místico» de la bóveda de la iglesia de San Vital de Rávena (Italia) –entre las más importantes del arte bizantino–.
Se ha encargado de la realización del mosaico, específicamente para la ocasión, la archidiócesis de Rávena. Y es que allí se celebró, el mes pasado, la décima sesión plenaria de la Comisión mixta del diálogo teológico entre la Iglesia católica y la Iglesia ortodoxa en su conjunto, fruto de la cual es el «Documento de Rávena», que marca el inicio de la reflexión sobre el papel del obispo de Roma.
Las sedes de Roma y de Constantinopla, «después de haberse dedicado de muchas formas a la reactivación del diálogo teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas», contemplan aquella plenaria «con sentimientos de esperanza», recalca este jueves el comunicado del Pontificio Consejo.
El Documento de Rávena, «votado en la conclusión del encuentro, puede de hecho alentar el diálogo futuro –añade– y constituye el primer paso hacia la profundización de aquellos temas neurálgicos que impiden la plena comunión entre el Oriente y el Occidente cristianos».
El documento final de Rávena, «aprobado por todos los presentes, es importante porque católicos y ortodoxos han acordado una plataforma teológica, eclesiológica, común sobre la que fundar la discusión sobre el primado del obispo de Roma», recuerda el subsecretario del dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, monseñor Eleuterio Fortino, en «L’Osservatore Romano» –edición italiana del 30 de noviembre de 2007, distribuida en la tarde de este jueves–.
Punto central del documento –apunta- es «el hecho de haber constatado juntos que en la historia de la Iglesia a tres niveles -local (diócesis), regional (metropolía, patriarcado) y universal– existe un primero, un «protos», alguien que tiene una función particular, respectivamente el obispo en la diócesis, el patriarca en el patriarcado y el obispo de Roma como «protos» a nivel universal»
«Reavivar un diálogo que prosigue en la verdad y en la caridad»: es el espíritu con el que el cardenal Kasper encabeza la delegación que visita el Patriarcado ecuménico de Constantinopla, se lee en el diario del Papa.
Sus páginas dedican amplio espacio a la festividad del Patriarcado, y publican una entrevista concedida por Bartolomé I, para quien el método que hay que seguir para alcanzar al unidad de los cristianos es «tener la mirada fija en Cristo», porque «sin Él no podemos hacer nada».
«Es la misma regla de diálogo dictada por Benedicto XVI: «No anteponer nada a Cristo». El camino es verdaderamente común», se constata en «L’Osservatore Romano».
En Estambul, el viernes, los delegados del Santo Padre participarán en la Divina Liturgia que presidirá el Patriarca ecuménico en la iglesia patriarcal de San Jorge en el Fanar; a su término, se hará entrega del mensaje papal, al que se dará lectura.
La visita comprende un encuentro con Bartolomé I y conversaciones con la Comisión sinodal encargada de las relaciones con la Iglesia católica.
Por Marta Lago