GRANADA, jueves, 29 noviembre 2007 (ZENIT.org).- Se celebran en estos días dos exposiciones paralelas, en Sevilla y Granada, sobre el mejor Barroco sevillano. En Granada, el arte sacro de, entre otros, Murillo, Alonso Cano, Velázquez y Zurbarán.
La muestra es parte del proyecto Andalucía Barroca 2007, puesto en marcha por la Consejería de Cultura de esta comunidad autónoma para recuperar y difundir el patrimonio del citado periodo artístico.
En el Hospital Real de Granada, hasta el 30 de enero, está abierta la muestra de arte sacro titulada «Teatro de Grandezas», con más de un centenar de destacadas obras del Barroco sevillano, de maestros como Valdés Leal, Velázquez, Zurbarán, Murillo, Alonso Cano, Martínez Montañés, Pedro Roldán, Juan de Mesa, La Roldana o Pedro Duque Cornejo, entre otros artistas.
«Teatro de Grandezas» refleja a través de 122 piezas –pinturas, esculturas, dibujos, grabados, objetos decorativos, etc–, las manifestaciones que en Sevilla y su antiguo reino tuvo el Barroco.
La exposición pretende mostrar la calidad de las obras y artistas de este periodo, y difundir aquellas piezas poco conocidas entre el público pero de gran importancia. Los organizadores hacen hincapié en el carácter abierto y permeable de la escuela sevillana, en la que jugaron un destacado papel las influencias exteriores.
La exposición incluye la proyección de un audiovisual y se estructura en cinco secciones: la Ciudad; la Fe; el Desierto; el Siglo y la Parca.
Las piezas fueron cedidas por organismos públicos y privados, instituciones religiosas y particulares, y algunas de ellas se exhiben por primera vez en España.
Por su singularidad, destacan obras como el «Retrato de Hasekura», de Claude Deruet, de una colección privada romana, que se expone por primera vez en España, y permite contemplar a un embajador japonés que llegó a Sevilla en misión diplomática, y cuyo séquito se quedó en Coria del Río, lo que dio origen al apellido Japón en esta comarca.
También se puede ver por primera vez el «Retrato del cardenal Gaspar de Molina y Oviedo», al que se considera preilustrado y fue creador de la primera biblioteca de carácter público en Sevilla.
De Murillo, entre otras telas, «El Ángel de la Guarda» y de Velázquez, el óleo del Museo del Prado, en el que retrata a Martínez Montañés, considerado máximo representante de la escultura barroca de la escuela sevillana.
De Valdés Leal, «El Triunfo de San Fernando», óleo sobre lienzo de la catedral de Jaén.
El granadino Alonso Cano está presente con una escultura de San Pedro, de la iglesia de Santa María de la Oliva, de Lebrija, Sevilla.
Del monasterio de la cartuja de Santa María de la Defensión, de Jerez de la Frontera, Cádiz, un «San Bruno» de José de Arce, restaurado para esta exposición.