El secreto del catequista, el testimonio; explica el Papa

De este modo, lo que enseñan no se queda en meros conocimientos

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CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 8 febrero 2008 (ZENIT.org).- Benedicto XVI explicó este viernes que el secreto del buen catequista está en el «testimonio personal», que acompaña lo que enseña con lo que vive.

Al analizar junto a los obispos de Costa Rica cómo es posible anunciar a Cristo en tiempos de materialismo y del surgimiento de nuevos movimientos religiosos, con frecuencia sectas, el Papa se detuvo a analizar la importancia decisiva de los catequistas, en su mayoría laicos.

«Es hermoso comprobar su colaboración eficaz para mantener y difundir la llama de la fe mediante la catequesis y la cooperación con las parroquias y las diversas organizaciones pastorales de las diócesis».

«Merecen sin duda la gratitud, el aliento y la atención constante de sus pastores, para que reciban siempre y de manera sistemática una formación cristiana sólida, teniendo en cuenta, además, que son ellos los llamados a llevar los valores cristianos a los diversos sectores de la sociedad, al mundo del trabajo, de la convivencia civil o de la política», aclaró.

Dirigiéndose en particular a los catequistas y animadores de las comunidades, les recordó «la exigencia de que acompañen la transmisión de la recta doctrina con el testimonio personal, con el firme compromiso de vivir según los mandatos del Señor y con la experiencia viva de ser miembros fieles y activos de la Iglesia».

«Este ejemplo de vida –según el obispo de Roma– es necesario para que su instrucción no se quede en una mera transmisión de conocimientos teóricos sobre los misterios de Dios, sino que conduzca a adoptar un modo de vida cristiano».

Esto era decisivo ya en la Iglesia antigua, recordó, «cuando se examinaba al final si los catecúmenos, «han vivido correctamente su catecumenado, si han honrado a las viudas, si han visitado a los enfermos, si han hecho obras buenas»», dijo citando la «Tradición Apostólica» (Traditio Apostolica), una de las constituciones eclesiásticas más antiguas, escrita en torno al año 215.

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ZENIT Staff

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