CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 10 de febrero de 2008 (ZENIT.org).- La Eucaristía es el consuelo de quien vive el sufrimiento abriéndose a la fe y a la «victoria definitiva» sobre la enfermedad, afirma el cardenal Javier Lozano Barragán, presidente del Consejo Pontificio para la Pastoral de la Salud.
En una entrevista concedida a Zenit en el marco de la XVI Jornada Mundial del Enfermo, que se celebra el 11 de febrero con el tema «La Eucaristía, Lourdes y la atención pastoral a los enfermos», el purpurado mexicano ha reflexionado en «el sacrificio de Cristo como vínculo específico que une a María, madre consoladora por excelencia, con el mundo del sufrimiento».
El cardenal profundiza de este modo en la clave de lectura propuesta por Benedicto XVI en el Mensaje que ha escrito para esta ocasión, en el que subraya la íntima relación que existe entre el misterio eucarístico, el papel de María en el proyecto de salvación, y la realidad del dolor humano.
Esta celebración une este año dos acontecimientos importantes para la vida de la Iglesia: el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen María a Bernadette Soubirous en la gruta de Massabielle, cuyas celebraciones concluirán el 8 de diciembre próximo, y la celebración del Congreso Eucarístico Internacional que tendrá lugar en Quebec, Canadá, del 15 al 22 de junio de este año.
«La única manera para liberarnos del sufrimiento es Cristo Señor, que con su Cruz aniquiló la muerte y todas las consecuencias de la muerte, las enfermedades, el dolor, los sufrimientos», aclara el cardenal Lozano.
«Cristo carga con todo el mal, con el pecado de la humanidad, se hace pecado por nosotros hasta morir y de la muerte surge la bellísima flor de la resurrección», añade.
«La Eucaristía es la victoria definitiva, es, como decía Pablo VI en la encíclica Mysterium Fidei, la «medicina de la inmortalidad»», subraya el responsable de este organismo vaticano encargado de promover y orientar las actividades de la Curia romana sobre la salud, y de coordinar los 113.000 centros de salud católicos en el mundo.
«El Santo Padre nos ha invitado en varias ocasiones a tener como centro la Eucaristía, como linfa vital que consuela a quien sufre, ayudándole a comprender el valor salvífico del dolor, y que da fuerza al agente de pastoral sanitaria».
«La Eucaristía se entiende aquí como viático, como asistencia pastoral», sigue diciendo el purpurado, que ha recibido del Santo Padre la invitación a continuar en su cargo, después de haber cumplido el 26 de enero los 75 años.
«En este contexto, la pastoral de la salud va más allá de la mera beneficencia –sigue explicando–, convirtiéndose en respuesta a los grandes interrogantes de la vida a la luz de la muerte y resurrección del Señor».
Dado que Benedicto XVI no podrá presidir este lunes la misa con los enfermos en la Basílica vaticana, pues ha comenzado este domingo los ejercicios espirituales que durarán toda la semana, ha pedido al cardenal Lozano Barragán que le sustituya.
La Jornada Mundial del Enfermo fue instituida por Juan Pablo II en 1992.
Por Mirko Testa