ROMA, miércoles, 13 febrero 2008 (ZENIT.org).- Para comprender el pontificado de Benedicto XVI es necesario descubrir sus investigaciones sobre la teología de la historia y la influencia franciscana que ha recibido.
Con este motivo, se presentará el próximo 26 de febrero en la Universidad Pontificia «Antonianum» de Roma la traducción al italiano del joven teólogo Joseph Ratzinger «San Buenaventura. La teología de la historia» («San Bonaventura. La teologia della storia»).
Se trata del trabajo postdoctoral dedicado por Ratzinger al teólogo franciscano del siglo XIII, con el que descubrió, como él mismo confesó más tarde siendo cardenal, en un discurso a la Academia Pontificia de las Ciencias, el 13 de noviembre de 2000, aspectos inéditos sobre la relación del santo «con una nueva idea de historia».
Ratzinger redactó el estudio en 1957 como tesis para la habilitación a la enseñanza. El acto académico de presentación, que se iniciará a las 16,00, será presentado por el cardenal Cláudio Hummes, prefecto de la Congregación para el Clero.
En la presentación, moderada por la profesora Barbara Faes de Mottoni, del Centro Nacional de Investigaciones de Italia, intervendrán monseñor Angelo Amato, secretario de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el profesor Paolo Vian, de la Biblioteca Apostólica Vaticana, y el padre Johannes Baptist Freyer, rector de la Universidad Pontificia «Antonianum».
El padre Pietro Messa, director de la Escuela Superior de Estudios Medievales y Franciscanos de la «Antonianum», que ha colaborado en la publicación del libro, ha explicado a Zenit que el interés actual por este estudio del entonces cardenal Ratzinger deriva del hecho de que para comprender el pensamiento del Papa, «que caracteriza tanto su pontificado», «no es posible prescindir de su formación remota».
En el discurso en la Academia Pontificia de las Ciencias de 2000, el cardenal Ratzinger recordó que en el siglo XII Gioacchino da Fiore entendía la historia «como progresión de un periodo del Padre (un tiempo difícil para los seres humanos bajo la ley) a un segundo periodo, el del Hijo (una mayor libertad, más franqueza, más fraternidad) a un tercero, el periodo definitivo de la historia, el tiempo del Espíritu Santo».
«Según Gioacchino –añadía el Papa– éste debía ser el tiempo de la reconciliación universal, de reconciliación entre el Este y el Oeste, entre cristianos y judíos, un tiempo sin ley (en sentido paulino), un tiempo de verdadera fraternidad en el mundo. La interesante idea que descubrí fue que una corriente significativa de los franciscanos estaba convencida de que san Francisco de Asís y la Orden Franciscana marcaron el inicio de este tercer periodo de la historia, y fue su aspiración hacerlo realidad; Buenaventura mantuvo un diálogo crítico con esta corriente».
El trabajo de Ratzinger, subraya el padre Messa, «ha sido reanudado por numerosos estudios relativos a la teología de san Buenaventura, como indican las referencias bibliográficas incluidas al final de esta publicación y esto ciertamente demuestra su importancia en los estudios buenaventurianos».
«Gracias también a este texto –observa– las investigaciones han podido avanzar y algunas conclusiones resultan superadas, tanto por el progreso de los estudios como porque actualmente nos podemos beneficiar de muchas más ediciones críticas que las usadas por Ratzinger en 1957».
En cuanto al papel del estudio en cuestión sobre la formación de Benedicto XVI, «hay muchos elementos en este estudio que pueden tener una correspondencia en el magisterio del pontífice», como la centralidad de Cristo sostenida por san Buenaventura y plenamente presente en el magisterio papal, como demuestra el libro «Jesús de Nazaret»».
Sobre la posibilidad de que también a través de san Buenaventura el franciscanismo desempeñe un papel importante en la concepción y en el ejercicio del papado de Benedicto XVI, el padre Messa recuerda las palabras del conocido teólogo dominico Yves Congar.
«Partiendo de este estudio y de la problemática de la relación entre Iglesia local e Iglesia universal, que tuvo tanta parte en el debate eclesial postconciliar y del cual uno de los protagonistas fue el cardenal Joseph Ratzinger, escribió Congar: Joseph Ratzinger, que ha hecho notar, creemos justamente, algunas diferencias entre Buenaventura y Tomás, da mucha importancia al papel que el papa ocupa en la mística buenaventuriana, por razón del hecho franciscano».
Teniendo presentes estas palabras, explica el director de la Escuela Superior de Estudios Medievales y Franciscanos, «es más que legítima la pregunta de si y de qué manera este aspecto franciscano caracteriza su concepción y ejercicio del papado».
«Leyendo varios de sus escritos y discursos, la hipótesis de una respuesta afirmativa se refuerza –observa–; así no sorprende, más bien se hace plenamente comprensible, que según Benedicto XVI, para comprender el ministerio petrino, hay que volver a san Francisco».
Para más información: www.antonianum.eu/medieval.htm, sssmf@antonianum.eu.