El precio que pagan los contribuyentes por la ruptura de las familias

Advertencias sobre las drásticas consecuencias sociales y económicas

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ROMA, domingo, 25 mayo 2007 (ZENIT.org).- La desintegración de la vida familiar está costando un gran parte de los impuestos. Un informe publicado en abril calcula el coste anual en 112.000 millones de dólares, sólo en Estados Unidos.

«El coste de los impuestos del divorcio y de criar a los hijos fuera del matrimonio: primeras estimaciones para la nación y otros 50 Estados», ha sido publicado por cuatro organizaciones: el Institute for American Values, el Georgia Family Council, el Institute for Marriage y la Public Policy and Families Northwest.

«Este estudio documenta por primera vez que el divorcio y el criar a los hijos fuera del matrimonio – ambas cosas malas para los niños – también están costando un montón de dinero a los contribuyentes», afirmaba David Blankenhorn, presidente del Institute for American Values, en una nota de prensa que acompañaba el informe.

El matrimonio es más que una institución moral o social, observa el mismo estudio. Es una institución económica, y cuando se rompe los costes para los gobiernos locales, estatales y federales son muy altos.

El informe calcula en 112.000 millones de dólares el coste anual – o más de 1 billón de dólares en la pasada década -, algo que los autores consideran una estimación mínima. El gobierno federal soporta la carga más pesada, 70.100 millones de dólares, seguido por los estados con 33.000 millones, y 8.500 millones a nivel local.

Estos costes vienen de diversas fuentes: aumento de los gastos provenientes de impuestos para los programas contra la pobreza, la justicia penal y los programas de educación, y una aportación menor a los impuestos por parte de individuos que, como adultos, ganan menos debido a la reducción de oportunidades, resultado de haber crecido con más probabilidad en la pobreza.

El estudio sostiene que el apoyo del gobierno al matrimonio y a la familia sería una política económica inteligente. Sólo una ligera reducción de la tasa de divorcios podría ahorrar miles de millones de dólares al año.

Algunos estados se han dado cuenta de esto y el informe cita el ejemplo de Texas, que aprobó recientemente dedicar 15 millones de dólares en los próximos dos años para educación matrimonial y otros programas. El estudio explica que si esto trae consigo un descenso de menos del 1% en las rupturas matrimoniales, tendrá un resultado real para los contribuyentes tejanos.

Cambios espectaculares

El estudio presenta una visión general de los enormes cambios de la vida familiar en las últimas décadas.

– Entre 1970 y el 2005, la proporción de niños que viven con sus dos progenitores casados ha descendido del 85% al 68%.

– Más de un tercio de los niños de Estados Unidos nacen actualmente fuera del matrimonio: el 25% de los bebés blancos no hispanos, el 46% de los hispanos, y el 69% de los afroamericanos.

– En el 2004, casi 1,5 millones de niños nacieron de madres no casadas.

– Ha habido un ligero descenso en el número de divorcios desde 1980, no obstante esto se ha compensado por el aumento del número de niños criados por parejas no casadas, por lo que el porcentaje de niños que viven con un único progenitor ha aumentado sin descanso de 1970 a 1998, con una pequeña disminución después de 1998.

– El informe admite que un tema crucial es verificar hasta qué punto hay una relación causal entre la fragmentación familiar y los costes económicos para el gobierno.

Los autores prosiguen mostrando evidencias de diversas fuentes que prueban su afirmación. Existe una amplia documentación, observan, de que el divorcio contribuye a la pobreza infantil.

El análisis sugiere que prácticamente todo el aumento en la pobreza observado entre las madres divorciadas tiene su causa en el mismo divorcio, indica el informe citando un reciente estudio.

También se han investigado con profundidad los efectos en los niños del divorcio y de ser criados por un solo progenitor. El estudio cita investigaciones académicas en las que se indica cómo el vivir estas situaciones lleva a índices de criminalidad más alto y a problemas de delincuencia.

Colapso de los ingresos

Las evidencias de otros países respaldan el informe de Estados Unidos. En Inglaterra, entre 1991 y 1997, el descenso medio de los ingresos de una madre tras la separación fue del 30%, informaba un estudio publicado por el Institute for Social and Economic Research de la Universidad de Essex.

En su reportaje del 5 de marzo sobre el estudio, el periódico Guardian observaba que en los últimos años este descenso se ha suavizado de forma sustancial. Entre 1998 y el 2004, el descenso de renta fue sólo del 12%.

No obstante, los investigadores atribuían parte de esta mejora a un incremento en el nivel de apoyo económico del estado.

Los hogares rotos también crean problemas para los colegios, informaba el 19 de marzo el periódico Telegraph. El declive de la familia tradicional está creando un «círculo vicioso» de fracaso escolar, pobreza y crimen, según la Association of Teachers and Lecturers, una organización de más 160.000 miembros.

El Telegraph indicaba que se ha manifestado esta preocupación precisamente en el momento en que se publicaban las cifras oficiales de madres solteras en Gran Bretaña que han aumentado en la pasada década en 250.000, llegando hasta casi los dos millones.

Otra consecuencia para los niños en medios de las rupturas familiares es una salud mental más pobre. El 24 de abril, el Times de Londres informaba que, según un estudio encargado por Children’s Society, más de un cuarto de los jóvenes de menos de 16 años se sienten deprimidos por las tensiones de la vida familiar, las amistades y el colegio.

Miles de niños tomaron parte en el estudio y, para muchos de ellos, la ruptura familiar era el problema.

Los apuros europeos

Europa también está sufriendo grandes cambios en la vida familiar, como apuntaba un estudio reciente publicado por la agencia de noticias Fides, la agencia misionera del Vaticano. En un dossier titulado «La Crisis de la Familia en Europa», la agencia reunía información de varios estudios y organizaciones.

La población de Europa pronto empezará a disminuir y ya está envejeciendo rápidamente, advertía Fides. Cada 25 segundos hay un aborto en los 27 países miembros de la Unión Europea, indicaba el informe, mientras que, al mismo tiempo, se cierran 3 escuelas al día debido a la escasez de niños.

Tanto hombres como mujeres posponen el matrimonio, y en el 2005, casi 1,9 millones de niños nacieron fuera del matrimonio. En algunos países cerca de la mitad de todos los nacimientos se atribuyen a madres solteras o a parejas de hecho. El número de divorcios sigue aumentando, con millones de niños afectados.

En medio de estas tendencias, Fides indicaba también que, del 27% de producto interior bruto que Europa destina a gastos sociales, sólo un parte muy pequeña se dirige a apoyar a las familias, que, según parece, no se consideran una prioridad.

De hecho, el informe establece que «las instituciones y la legislación europeas consideran la familia como un legado histórico, en vez de una institución que pueda formar parte del futuro».

Por ello, añadía, los gobiernos no apoyan de forma activa a la familia basada en el matrimonio estable entre un hombre y una mujer y, a la contra, apoyan diversas formas de cohabitación.

También hay medidas que permiten la adopción de niños por solteros, en lugar de por parejas casadas, así como permitir la adopción a las parejas de hecho y a las del mismo sexo.

Realidad fundamental

Benedicto XVI, consciente de la calamitosa situación de la familia, suele expresarse pidiendo a las autoridades públicas que apoyen el matrimonio. El respeto a la familia basada en el matrimonio es «imperativo», decía el Papa el 10 de enero al dirigirse a los
representantes del gobierno local de Roma y de la región del Lacio.

«Lamentablemente, cada día constatamos cuán insistentes y amenazadores son los ataques y las incomprensiones con respecto a esta realidad humana y social fundamental», comentaba el Papa.

«Por consiguiente, es muy necesario que las Administraciones públicas no secunden esas tendencias negativas, sino que, por el contrario, ofrezcan a las familias un apoyo convencido y concreto, con la certeza de que así contribuyen al bien común», concluía.

El 16 de mayo, el Papa comentaba que muchas familias están reclamando ayuda a las autoridades civiles. Benedicto XVI hizo estas afirmaciones sobre la familia durante una audiencia con los representantes del Foro de Asociaciones Familiares y de la Federación Europea de Asociaciones Familiares Católicas, reunidos en Roma para una conferencia.

«Existe la necesidad urgente de un compromiso común para apoyar a las familiares con todos los medios disponibles, sea desde el punto de vista social y económico, como del jurídico y espiritual», afirmaba el Papa.

El Santo Padre alababa la iniciativa de movilizar a la gente para apoyar políticas fiscales de apoyo a la familia. Una iniciativa dolorosamente necesaria en muchos países del mundo.

Por el padre John Flynn, L. C., traducción de Justo Amado

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ZENIT Staff

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