CIUDAD DEL VATICANO, martes, 27 mayo 2008 (ZENIT.org).- Un telegrama de solidaridad y apoyo fue enviado este lunes por el Pontificio Consejo de la Pastoral para los Emigrantes e Itinerantes tras la oleada de violencia xenófoba que se ha desatado en las últimas semanas en Sudáfrica.

Firman el mensaje, dirigido al arzobispo de Johannesburgo monseñor Buti Joseph Tlhagale, los cardenales Renato Raffaele y el arzobispo Agostino Marchetto, respectivamente presidente y secretario del dicasterio.

La caza a los inmigrantes se inició el 11 de mayo pasado en Alexandra, un suburbio pobre cercano a los barrios comerciales de Johannesburgo, difundiéndose enseguida al resto del país.

En dos semanas de violencia han sido asesinados al menos 50 inmigrantes, llegados a Sudáfrica de países cono Zimbabwe, Zambia y Mozambique, y acusados por la población de robar el trabajo y de contribuir a elevar la tasa de criminalidad.

El Observatorio para la Democracia en Sudáfrica ha excluido que tras la violencia se esconda la voluntad política de algún partido.

La violencia está siendo llevada adelante por los ciudadanos más pobres de la capital que se mueven en grupos armados con machetes y armas de fuego.

La intervención de la policía no ha bastado para devolver la situación a la normalidad, tanto que ha requerido la intervención del Ejército dispuesta por el Presidente sudafricano, Thabo Mbeki.

Más de 35.000 son los desalojados que ahora viven en campos improvisados para huir de las agresiones.

En el telegrama el Pontificio Consejo auspicia que "con las intervenciones fraternas de la Iglesia y de todas las personas de buena voluntad, se encuentre una solución final para esta y otras situaciones similares, y que la población de la región pueda nuevamente vivir en paz, solidaridad y con perspectivas de desarrollo integral".

Por su parte, el arzobispo de Johannesburgo, según informa la agencia Fides, ha hablado de "profunda vergüenza y preocupación" por los hechos acaecidos, y ha denunciado que "una mentalidad de' apartheid' está matando el país".

Traducido del italiano por Nieves San Martín