“Novussanguis” o el prometedor futuro de células de sangre del cordón

Células accesibles y maleables

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ROMA, martes, 27 mayo 2008 (ZENIT.org).- A raíz de la creación del consorcio Novussanguis, por la Fundación Jérôme Lejeune y la Universidad de Newcastle, Genethique, vuelven las promesas de la investigación en este campo. Estas células son a la vez «accesibles» y «maleables».

Las células madre de sangre del cordón umbilical tienen un potencial médico considerable. Son utilizadas de manera creciente en sustitución de injertos de médula ósea en el tratamiento de ciertas enfermedades de la sangre o en algunas afecciones del sistema inmunitario. Sirven también para tratar las enfermedades de la médula ósea o del sistema nervioso central. Por último permiten corregir las irregularidades del metabolismo.

Estas células son fácilmente accesibles y son particularmente maleables en materia de compatibilidad inmunitaria.

El consorcio Novussanguis, creado por la Fundación Jérôme Lejeune y la Universidad de Newcastle, tienen por vocación federar y financiar la investigación sobre estas células. Su objetivo es ayudar a los laboratorios miembros a comunicarse entre ellos y con el exterior. Catorce laboratorios, principalmente europeos, son actualmente miembros del mismo. Novussanguis financiará ocho proyectos de investigación con un presupuesto de tres millones de euros.

Novussanguis se propone también armonizar los métodos y los protocolos a nivel europeo e internacional para integrar la medicina regenerativa en la práctica médica. El consorcio prevé ya concluir acuerdos con industriales.

Lamentablemente, las cantidades de células madre de sangre del cordón son hoy limitadas. A pesar de los 130 millones de nacimientos registrados cada año en el mundo, más del 99% de las muestras de sangre son destruidas, especialmente porque no existen redes para recogerlas.

Uno de los mayores problemas es la financiación de la conservación en bancos.

Existen dos tipos de bancos: los bancos públicos y los bancos privados. En los bancos públicos, los padres donan el cordón de su hijo. Las células madre obtenidas de esta sangre del cordón son conservadas de manera anónima y servirán para tratar a cualquier paciente compatible a nivel inmunitario, en el marco de un injerto llamado heterólogo. En los bancos privados, el almacenamiento es financiado por la familia para su propio uso en el marco de un injerto llamado autólogo.

Existen hoy en el mundo 134 bancos privados y 54 públicos. Por el contrario, el 24% de las muestran son utilizadas para injertos intrafamiliares y el 76% para injertos alogénicos. Financiar los bancos públicos por parte de establecimientos privados parece la solución. En Inglaterra, el banco de sangre Virgin Health Bank divide cada muestra en dos partes: el 20% para uso privado y el 80% para uso público. La conservación de la muestra se financia por el depositario. Pero el banco tiene dificultades para encontrar numerosos clientes debido a los bancos 100% privados. Otra posibilidad sería crear un banco privado que caracterizaría sus muestras y las haría públicas de manera que las muestras puedan ser requeridas en caso de necesidad contra el reembolso de los padres. España acaba de dotarse de un modelo de este tipo.

En Francia, de 335 injertos de sangre de cordón realizados en 2007, sólo 119 han podido serlo gracias a muestras francesas.

Traducido del francés por Nieves San Martín

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ZENIT Staff

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