MILÁN, lunes, 25 agosto 2008 (ZENIT.org).- Una delegación de ochenta sacerdotes de la archidiócesis de Milán, encabezada por su arzobispo, el cardenal Dionigi Tettamanzi, y por dos obispos auxiliares, los monseñores Carlo Redaelli y Giulio Brambilla, viaja desde hoy y hasta el 30 de agosto a Rusia en peregrinación.
Durante esos días, los sacerdotes milaneses realizarán una peregrinación espiritual por catedrales y monasterios, participando tanto en eucaristías de rito católico como en las divinas liturgias ortodoxas, según informó el domingo el diario vaticano L’Osservatore Romano.
Serán también recibidos por el patriarca ortodoxo de Moscú, Alejo II, y por el arzobispo católico de la capital, monseñor Paolo Pezzi.
La idea de esta peregrinación, según explica el propio cardenal Tettamanzi en una carta a todos los presbíteros de la diócesis, surgió a raíz de su visita anterior a Moscú, entre el 28 de septiembre y el 3 de octubre de 2006, invitado por el patriarca.
De aquella ocasión el purpurado recuerda especialmente «las emociones espirituales vividas», en referencia a la liturgia ortodoxa.
«Es casi una experiencia de éxtasis la que nace, por ejemplo, por la escucha prolongada del canto litúrgico ruso — explicaba el cardenal Tettamanzi–. Estos momentos han sido como un pregustar la alegría de la visión beatífica y la comunión de los santos».
El purpurado espera que esta experiencia de pererginación «pueda contribuir a acrecentar el conocimiento recíproco y el deseo de la unidad».
En la carta, el cardenal explica a los presbíteros de su diócesis que «hacerse peregrinos significa intentar entrar en el espíritu del Oriente cristiano y empezar a respirar, como soñaba Juan Pablo II, también con este pulmón de la cristiandad».
Especialmente, el purpurado expresó su deseo de encontrarse con el patriarca, Alejo II.
Son muchas las muestras de «sintonía espiritual» experimentada en estos encuentros, y entre ellas el arzobispo de Milán cita «la referencia común a san Ambrosio, ‘padre de la Iglesia no dividida’, a lo que se une la alegría por haber mantenido la promesa de conceder, para las liturgias ortodoxas, el uso de un edificio de culto en Milán, el tema y el sentido del martirio, y la dimensión ecuménica».
San Ambrosio (c. 340-397), padre y doctor de la Iglesia, fue el arzobispo de Milán, que tuvo un papel decisivo en la conversión de san Agustín de Hipona (Cf. Benedicto XVI presenta a san Ambrosio de Milán).
«Espero –lo digo con emoción– que se llegue pronto el día en que el Patriarca de Moscú pueda abrazar al Sucesor de Pedro», confiesa.
El purpurado espera que el patriarca pueda acudir a Italia «para venerar las reliquias de san Nicolás», santo por el que existe una tradicional devoción en Rusia, e incluso más adelante, para las celebraciones del 1700 aniversario de la promulgación del Edicto de Milán, aprobado por el emperador Constantino en el año 313.
«Durante la visita de 2006 y en una carta posterior, el patriarca Alejo II expresó su interés y apoyo por promover en Milán, para el año 2013, un encuentro entre los líderes cristianos que sea un testimonio común y una fuerte llamada a Europa y a todas las confesiones sobre el valor inderogable de la libertad religiosa».
Entre los actos previstos durante esta peregrinación, los sacerdotes milaneses participarán en la Divina Liturgia de la Dormición de la Virgen María, que presidirá el Patriarca en la catedral de la Dormición en el Kremlin. Además, podrán visitar la Galería Trejakov, en la que se encuentran algunos iconos del artista ruso admirado en Occidente, Andréi Rubliov.
Por Inmaculada Álvarez