CIUDAD DEL VATICANO, jueves 28 de agosto de 2008 (ZENIT.org) Entre los meses de septiembre y octubre se procederá a la instalación, en territorio vaticano, de un enorme panel de energía solar, que está previsto que entre en funcionamiento a finales de año.
Según revela en la edición de hoy del diario L’Osservatore Romano el ingeniero Mauro Villarini, miembro de los servicios técnicos del Estado, la iniciativa pretende secundar el interés mundial por las energías renovables. El objetivo es proporcionar al menos el 20% de la energía que consume el Estado antes del año 2020.
El lugar elegido para instalar este panel ha sido la cubierta del Aula Pablo VI. La elección ha sido motivada, explica el ingeniero, “ya que no es necesario modificar la estructura del edificio”, además de que esta solución “producirá una alteración visual mínima”.
“Se ha elegido el Aula Nervi porque es uno de los edificios más modernos, y por tanto más compatibles con tecnologías de este tipo. Además, existía la necesidad de renovar las cubiertas”, añade.
De los casi 5.000 metros cuadrados de superficie de la cubierta, alrededor de 2.000 serán sustituidos por paneles fotovoltaicos, mientras que el resto será utilizado como pantalla para aumentar la cantidad de energía captada.
Este proyecto, que ha sido realizado en colaboración con la Universidad “La Sapienza” de Roma, surgió tras una serie de discursos de Benedicto XVI sobre el medio ambiente.
“Particularmente fundamentales fueron para nosotros las palabras del Papa pronunciadas el 1 de enero de 2007, con ocasión de la Jornada Mundial de la Paz, y en las que apelaba a una conciencia ecológica, que se tradujera en programas e iniciativas concretas”, explica el ingeniero Villarini.
Además de esta iniciativa, existe otro proyecto para utilizar la energía solar, esta vez no para producir energía sino agua caliente y aire frío al mismo tiempo, en un tipo de implante que se conoce como “solar cooling”, y que se utilizará para las dependencias de servicio vaticanas.
“La producción de estos paneles constituirían el 60-70% de la energía necesaria en esos edificios, disminuyendo así el gasto energético. Los trabajos comenzarán en octubre y la planta solar podrá empezar a funcionar este mismo año”, prosigue.
Existen otros proyectos, siempre con energías alternativas, para un futuro cercano, actualmente en proceso de maduración, según el ingeniero Villarini.
“El objetivo de todos nuestros proyectos es, en síntesis, el de crear un proceso energético, en el que desde una producción de energía limpia y una gestión inteligente de la misma, sea posible alimentar en primer lugar los inmuebles, y en el futuro también los medios de transporte, haciendo sostenible la movilidad desde el punto de vista ambiental.
“El desafío es que el Estado de la Ciudad del Vaticano sea el primero en Europa en cumplir los objetivos europeos, que prevén que para el 2020 se obtenga de fuentes renovables al menos el 20% de la energía consumida”, concluye.
