MADRID, viernes 29 de agosto de 2008 (ZENIT.org) Cáritas España anunció recientemente el envío de una ayuda de cien mil euros para los cerca de 50.000 refugiados tras el conflicto de Darfur (Chad) y otras 25.000 personas que viven en esa zona.
Esta ayuda se destinará, según Cáritas, a “actividades tan variopintas como: construcción de pozos y letrinas, distribución de utensilios y semillas para el cultivo, formación para que los campesinos conozcan técnicas de cultivos más rentables, reforestación, vacunación del ganado y ayudar a escuelas donde en cada aula hay una media de 134 niños”.
Este dinero será entregado a Cáritas Chad, responsable de la gestión de 3 de los 12 campos de refugiados (llamados Kounougou, Mile y Farchana). El presidente de Cáritas Chad es el obispo misionero español Miguel Ángel Sebastián.
A pesar de que el conflicto de Darfur, que ha provocado más de un cuarto de millón de muertos y dos millones de desplazados, ya no ocupa las portadas de los medios de comunicación, la violencia sigue y los refugiados siguen llegando, afirman los responsables de esta Caritas afircana.
“En este momento esta crisis está algo más relegada al olvido por parte de la comunidad internacional, que actualmente dirige su atención a otros lugares. Esto hace que la ayuda humanitaria esté disminuyendo”, advierten.
“Operación esperanza” en Kenia
Por otro lado, Cáritas española a dado a conocer también una iniciativa de Cáritas Kenia en favor de la pacificación de este país africano, tras la oleada de violencia del pasado mes de diciembre.
Se trata de “Operación esperanza”, un programa de terapia para víctimas que han sufrido trauma a causa de la violencia, que se ha puesto en marcha por el momento en el arrabal de Kibera, un suburbio de Nairobi en el que viven hacinadas tres millones de personas, y que fue el escenario más sangriento durante el conflicto.
La “Operación esperanza” forma parte de una amplia campaña que Cáritas lleva a cabo desde hace meses, en un primer momento para atender a la emergencia humanitaria, y posteriormente para ayudar a la rehabilitación y reasentamiento de los desplazados.
“Cuando las crisis desaparecen de las portadas de los periódicos o de las pantallas de televisión, organizaciones como Cáritas siguen trabajando a largo plazo para rehabilitar a las víctimas. Además de repartir víveres y reconstruir casas hay que ayudar a la gente a superar los traumas profundos causados por la violencia”, afirman los responsables de Caritas española.