La simbología del “Camino de Luz” previsto para la visita del Papa a París

Según monseñor Aupetit, vicario general de la diócesis de París

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PARÍS, viernes, 29 agosto 2008 (ZENIT.org).- El “Camino de Luz” de Notre-Dame aux Invalides, organizado con motivo de la visita de Benedicto XVI a París, Francia, conmemora el sacrificio de Cristo y recuerda la procesión mariana de las antorchas en Lourdes.

Un “Camino de Luz” partirá de la catedral Notre-Dame de París, el viernes 12 de septiembre a medianoche, para ir hacia la explanada de los Inválidos donde el Papa celebrará una misa solemne al día siguiente, sábado 13 de septiembre.

Monseñor Michel Aupetit, vicario general de la diócesis de París, explica este simbolismo en el sitio internet de la Conferencia Episcopal de Francia.

“En su nacimiento, Cristo fue definido por el anciano Simeón como la Luz que ilumina a las naciones. Más tarde, a sus apóstoles, dice: “Yo soy la luz del Mundo” (Juan 8,12). Recogiendo la oposición antigua entre luz y tiniebla, cumple la promesa bíblica de la victoria de la Luz sobre las Tinieblas, símbolos del conflicto entre la vida y la muerte: “Quien me sigue no camina ya en las tinieblas sino que tendrá la luz de la Vida” (Juan 8,12)”, explica monseñor Aupetit.

Sobre todo, monseñor Aupetit recuerda la simbología pascual del “Camino de Luz”: “Los cristianos, en la Vigilia Pascual, cuando reinan todavía las tinieblas de la muerte en cruz, iluminan el Cirio Pascual, signo de la Luz triunfante que surge de la Vida del Cristo resucitado en esta noche muy santa en la que la muerte es vencida”.

Es una marcha fundada en la esperanza, subraya monseñor Aupetit: “este es el primer sentido de las procesiones de antorchas o de los caminos de luz que iluminan la noche de los hombres. Esta marcha significa el camino de nuestras existencias que acompaña a la Luz de Cristo presente en nuestras vidas. Él mismo es el Camino que nos conduce a la iluminación donde “no habrá ya noche; no necesitarán luz de lámpara ni del sol para iluminarse, pues el Señor Dios extenderá sobre ellos su luz, y reinarán por los siglos de los siglos” (Apocalipsis 22,5).

[Traducido del francés por Nieves San Martín]

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ZENIT Staff

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