CASTEL GANDOLFO, lunes 22 de septiembre de 2008 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI recibió a los representantes de la Orden benedictina el pasado sábado en Castel Gandolfo, y les animó a que funden nuevos monasterios incluso fuera de Europa.
«En muchas partes del mundo, especialmente en Asia y en África, hay gran necesidad de espacios vitales de encuentro con el Señor», explicó el Papa a los abades y abadesas presentes. «Por tanto, no dejéis de salir al encuentro con corazón abierto a las esperanzas de cuantos, incluso fuera de Europa, expresan el deseo verdadero de vuestra presencia y de vuestro apostolado».
El testimonio de la vocación benedictina es particularmente importante, añadió el Papa, «en un mundo desacralizado y en una época marcada por una preocupante cultura del vacío y del sinsentido».
«Por esto vuestros conventos son lugares adonde hombres y mujeres, también en nuestra época, corren a buscar a Dios y a aprender a reconocer los signos de la presencia de Cristo, de su caridad, de su misericordia».
El Papa invitó a los benedictinos a «dejarse guiar por el íntimo deseo de servir con caridad a todo hombre, sin distinción de raza y de religión», y a fundar nuevos conventos «allí donde la Providencia os llame a estableceros».
Por otro lado, llamó también la atención sobre la labor «evangelizadora, formativa y cultural» que los benedictinos pueden llevar a cabo en Europa, «especialmente en favor de las nuevas generaciones».
«Dedicaos por tanto a los jóvenes con renovado ardor apostólico, pues son el futuro de la Iglesia y de la humanidad. Para construir una Europa «nueva» es necesario empezar con las nuevas generaciones, ofreciéndoles la posibilidad de acercarse íntimamente a las riquezas espirituales de la liturgia, de la meditación y de la lectio divina«, añadió.
Crisis vocacional
El Papa tuvo también palabras de ánimo especialmente para las abadesas benedictinas, cuyas comunidades actualmente padecen escasez de vocaciones.
Benedicto XVI les pidió que «no se dejen desanimar», y especialmente que eviten «que se debilite la adhesión espiritual al Señor y a la propia vocación y misión».
«Perseverando fielmente en ella se confiesa, en cambio, con gran eficacia también de cara al mundo, la propia confianza firme en el Señor de la historia, en cuyas manos están los tiempos y los destinos de las personas, de las instituciones, de los pueblos, y a él confiamos lo tocante a las realizaciones históricas de sus dones», añadió.
Por último, el Papa alabó la tradicional hospitalidad benedictina, a través de la cual se puede transmitir a quienes acuden a los monasterios muchos bienes espirituales.
«Esta es una peculiar vocación vuestra, una experiencia plenamente espiritual, humana y cultural», explicó, que permite «ofrecer a los hombres y las mujeres de nuestro tiempo la posibilidad de profundizar en el sentido de la existencia en el horizonte infinito de la esperanza cristiana».
Congreso de Abades
Abades y abadesas benedictinos de todo el mundo se encuentran estos días en Roma para celebrar un congreso internacional. Según explicó al Papa el abad primado de la Confederación benedictina, Notker Wolf, el objetivo es «reflexionar sobre el impacto del patrimonio espiritual de san Benito en el mundo de hoy».
En el congreso participan también como invitados los representantes de la Communio Internationalis Benedictinarum y de las Iglesias ortodoxas.
Wolf expresó el deseo de la Orden de contribuir «al renacimiento de la Europa cristiana», así como a la evangelización en todo el mundo. Actualmente están previstas cuatro nuevas fundaciones, en Europa Oriental y en Cuba.
Además, explicó el abad primado, «la Iglesia oficial china ha mandado un grupo de sacerdotes jóvenes para recibir una formación benedictina y empezar eventualmente en el futuro una comunidad en este país».
Por último, expresó su satisfacción por el «creciente interés de muchos laicos que quieren realizar en su vida cotidiana el espíritu de la regla de san Benito».