Los obispos de Guatemala denuncian la violencia, la impunidad y la pobreza inhumana

Comunicado de la Conferencia Episcopal

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GUATEMALA , viernes 23 de enero de 2009 (ZENIT.org).- Publicamos el comunicado que ha emitido este viernes la Conferencia Episcopal de Guatemala, al término de su Asamblea Plenaria Anual, dirigido a todos los católicos y a todos los hombres y mujeres de buena voluntad en Guatemala.

1. Nos hemos reunido en esta semana todos los miembros de la Conferencia Episcopal de Guatemala para celebrar nuestra asamblea plenaria anual. En la misma hemos dado la bienvenida a monseñor Rosolino Bianchetti, obispo electo de Zacapa y Santo Cristo de Esquipulas, que será ordenado obispo en Zacapa el próximo 31 de enero y en ella también hemos despedido a su Excelencia Monseñor Bruno Musarò Nuncio Apostólico de Su Santidad quien partirá en los próximos días hacia Perú, pues el Santo Padre lo ha nombrado nuncio en ese hermano país.

Hemos visto nuestra realidad con ojos de pastores:

2. Hemos dedicado tiempo en la asamblea para examinar los principales problemas del país que afectan diariamente la vida de tantos miles de guatemaltecos y discernir cómo podemos contribuir, como Obispos, a buscar soluciones. Expresamos nuestra cercanía a quienes sufren y los animamos a no perder la esperanza y mostrarse fuertes en esta hora de prueba.  

3. Expresamos nuestras palabras de condolencia y consuelo a  tantas familias que han perdido sus seres queridos por la violencia criminal  y también a los familiares de las víctimas del derrumbe del cerro Xicut en la carretera entre Chicamán y San Cristóbal Verapaz.

4. En anteriores pronunciamientos ya hemos señalado que el problema más grave que enfrentamos en nuestro país es la falta de respeto a la vida. Al final del 2008 las estadísticas señalaban que habían ocurrido más de 6,000 asesinatos en el año.  Guatemala vive una situación de duelo continuo y prolongado. Nuestro país se desangra día tras día. 

5. Nos alarma y acongoja esta situación de violencia a la que contribuyen tanto la existencia de poderosos carteles del narcotráfico como las bandas del  crimen      organizado que utilizan a jóvenes como asesinos a sueldo.

6. Es una desgracia nacional el que miles de guatemaltecos que sobreviven en medio de la violencia se han acostumbrado a vivir en medio de tantos asesinatos y homicidios  con un sentimiento de indiferencia que aterra y preocupa.

7. Lamentamos que hasta el día de hoy las recomendaciones de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), no hayan sido tomadas en cuenta, mientras que la impunidad, fruto de un sistema de justicia que no opera eficientemente, sigue campeando en el país.

8. La criminalidad es favorecida por la situación  de corrupción del sistema penitenciario. Además,  la falta de una infraestructura adecuada, la ausencia de programas de rehabilitación de los recluidos y el control que líderes apresados ejercen en las cárceles, hacen de las mismas, lugares desde donde se planifican  y dirigen delitos y se ultraja la dignidad humana de muchos prisioneros que anhelan redimirse.

9. Sin duda, la pobreza inhumana que afecta a gran número de guatemaltecos, constituye un agravante para la misma situación de violencia que nos afecta. Un invierno inusualmente severo dejó también su cauda de destrucción en la que los más pobres fueron también los más afectados e incluso desposeídos de sus escasas pertenencias.

10.  Esta pobreza golpea sin misericordia a quienes sobreviven tanto en las áreas marginales urbanas  como en el área rural. Constatamos con preocupación   la insuficiencia de políticas públicas audaces para promover, con éxito, procesos de desarrollo tanto en la ciudad como en el campo. 

11. Tenemos la esperanza de que, finalmente, el Congreso de la República promulgue la nueva Ley de Desarrollo Rural que resuelva la problemática agraria desde la aplicación de los valores éticos de la justicia y la solidaridad.

12. Queremos recordar con insistencia «que el desarrollo es el nuevo nombre de la paz» (Paulo VI, El desarrollo de los pueblos, n. 87) y que la verdadera paz se alcanza combatiendo la pobreza (Mensaje de Benedicto XVI en la Jornada Mundial por la Paz, 1 de enero de 2009). Los Obispos  queremos que el desarrollo integral y sostenible llegue a todos y cada uno de los guatemaltecos para que haya bienestar, especialmente para los más necesitados.

13. Rechazamos  el «supuesto desarrollo» basado en la minería   de metales por las nefastas consecuencias que produce en el medio ambiente y la conflictividad social que ocasiona. No es justo que la mayor parte de las ganancias  de esta industria  se vayan al extranjero. Además, los expertos señalan que son otras las actividades más apropiadas para  el desarrollo del país. Pedimos al Congreso de la República que decrete una moratoria en la concesión de las licencias de exploración y explotación y que se agilice la promulgación de una nueva ley de minería.

14. Guatemala se ha constituido en los últimos años en un país de migrantes. Más de millón y medio de connacionales viven en el norte, en su mayoría en situación de indocumentados. Con su esfuerzo y trabajo envían remesas que se han constituido en un alivio importante para muchas familias e incluso son generadoras importantes de empleo a nivel nacional. La mayor severidad con que están siendo tratados ha hecho que el número de deportados crezca significativamente aun cuando nuevos migrantes siguen probando fortuna en un viaje arriesgado y altamente oneroso. Sus logros nos enorgullecen pero también sus riesgos e inseguridades nos afligen y preocupan.

15. Es previsible que este año 2009 va a ser difícil para la economía del país por los efectos de la recesión mundial y que ello va a significar pérdidas de empleo, más familias en situación de precariedad. Es necesario un llamado a la solidaridad para atender, de manera prioritaria, a los más pobres y vulnerables en nuestra sociedad. No podemos aspirar a ser una sociedad justa si no nos empeñamos en constituirnos en una sociedad solidaria.

16. El mayor interés en la educación constituye sin duda un motivo de esperanza. Si algo une hoy a los guatemaltecos es el esfuerzo de padres de familia y de jóvenes por creer en la educación como un medio de construcción de futuro. Cada vez son más los guatemaltecos que se esfuerzan con sacrificio para que ellos mismos o sus hijos continúen sus estudios hasta grados cada vez más avanzados. Pero aun falta mucho camino por recorrer. Si queremos que la educación sea un instrumento eficaz hay que incentivarla e invertir más en recursos en la tarea educativa. El sistema educativo actual con una baja calidad no ayuda a cumplir este objetivo.

17. Invitamos nuevamente a las comunidades educativas católicas a impulsar la enseñanza del Manual de «Educación en el Amor», sobre la afectividad y la sexualidad publicado por la Conferencia Episcopal de Guatemala en el año 2008.

En un contexto internacional problemático:

18. La situación internacional pasa en estos días momentos dramáticos. La reciente guerra en la franja de Gaza, el continuo conflicto en Irak y Afganistán, la insufrible situación de millones de refugiados en África y Asia, el conflicto armado que todavía aflige a Colombia, la violencia del narcotráfico en México, nos presentan un cuadro en el que millones de seres humanos viven sometidos a terror, vejaciones y penurias. Estas situaciones, aunque distantes geográficamente, nos afectan, pues las noticias que nos informan sobre ellas nos hacen ver que vivimos en un mundo en que la vida humana está amenazada. La paz será tarea imposible mientras esos focos de conflicto no encuentren una solución humana, inteligente y generosa.

19. El año 2008 ha sido también el año de la explosión de una crisis económica a nivel planetario que todos los analistas coinciden en describir como la más grave desde la gran depresión que se inició en 1929. La evapor
ación de cuantiosas fortunas, la bancarrota de grandes bancos y empresas, la disminución de puestos de trabajo en el mundo son indicadores que ya se ha entrado en una recesión económica. Estos hechos nos deben alarmar justificadamente en Guatemala en donde aun la crisis no ha golpeado con toda su fuerza y que evidencia el colapso de un sistema generador de riquezas para unos pocos y la exclusión de las mayorías, sobre la base de la especulación incontrolada, omitiendo lo ético en la vida pública y permitiendo que la avidez y la ambición se apoderen del corazón humano.

Reafirmamos nuestro compromiso de Pastores al servicio del pueblo de Dios:

20.  Ante este cuadro dramático, tratamos como pastores de acompañar a nuestro pueblo en tiempo de tragedias e incertidumbres. En este Año Paulino, apelamos al gran apóstol de las gentes para inspirarnos en sus textos y para manifestar, con sus palabras, que queremos repudiar el silencio vergonzoso (2 Cor 4,2) como conducta indigna de pastores; que reconocemos nuestra debilidad sabiendo que llevamos el tesoro de la fe y de la gracia en vasos de barro (2 Cor 4, 7); somos parte de un pueblo que puede sentirse, sin duda, atribulado pero no aplastado, perplejo mas no desesperado, perseguido mas no abandonado,  derribado pero no aniquilado (cfr. 2 Cor 4, 8-9).

21.  Como obispos denunciamos que el fondo de estos problemas es el olvido de los criterios morales en la toma de decisiones y en la vida cotidiana. Ellos se fundamentan en la dignidad de la persona humana. La fe que tenemos en Cristo Jesús, Señor de la vida, nos exige cumplirlos.

22.  Los guatemaltecos somos un pueblo religioso pero no acabamos de ver que la expresión básica de la fe es la coherencia moral en el ejercicio del poder, sea en el ámbito ejecutivo, legislativo o judicial; en las actividades financieras, comerciales, profesionales y en el comportamiento ciudadano en la familia y en la sociedad. Necesitamos una profunda renovación moral, cuya fuerza sea una fe firme y fuerte en Jesucristo.

23. Los principios que deben guiar las acciones ciudadanas, comenzando por quienes ejercen el poder en cualquier ámbito son el respeto a la vida, a la dignidad y a la libertad de las personas; la conciencia de que los bienes materiales están al servicio de todos; la veracidad en las palabras y contratos; el trabajo honesto como forma de obtener el ingreso; y la búsqueda del bien común.

Les anunciamos algunos hechos y acciones importantes:

24. En el año 2008 se realizó la XII Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos en la  que se reflexionó sobre la Palabra de Dios en la vida y misión de la Iglesia y se inició el Año Jubilar Paulino. Esperamos con ansia para este año la publicación de dos importantes documentos pontificios: la anunciada encíclica social  del Papa Benedicto XVI y la exhortación apostólica postsinodal.

25. Los próximos días 29 y 30 de enero se celebrará en Antigua Guatemala el encuentro internacional «migraciones y paz». En el contexto actual de la problemática de los migrantes, será un evento sumamente importante, organizado por la congregación Scalabriniana y la Comisión Episcopal de Movilidad humana. Quiera Dios que este encuentro impulse las iniciativas tendientes a lograr la Reforma Migratoria integral a favor de millones de migrantes sin documentos que viven en Estados Unidos.

26. Asimismo en esa misma fecha tendremos la visita de la doctora Ilse Arns, pionera del programa Pastoral de la Primera Infancia en Brasil. En diversas diócesis se ha iniciado ya este programa para luchar contra la desnutrición crónica infantil  que constituye una vergüenza para nuestro país.

27. Hemos tomado el compromiso de impulsar la Misión Continental, asumido en Aparecida, Brasil, durante la V Conferencia General del Episcopado de América Latina y el Caribe, al declararnos en estado permanente de misión y buscar los medios para vivirlo.
28. Este año tendremos ocasión de celebrar el III Congreso Misionero Nacional que tendrá lugar en Izabal en noviembre próximo. Saludamos los esfuerzos evangelizadores y caritativos que tantos fieles y pastores realizan por todo el territorio nacional.

29. Este año 2009 viviremos también el Año Santo Jubilar al celebrarse doscientos cincuenta años de la dedicación de la basílica de Esquipulas. Invocamos al Santo Cristo  para que Él, símbolo central de la fe cristiana y corazón de la fe para muchas generaciones de guatemaltecos, sea fuente de bendición para hogares y familias. A El también le pedimos que desde su santuario en Esquipulas, símbolo de la lucha por la construcción de la paz, nos ayude a todos en Guatemala a ser constructores de paz.

Que la Virgen del Rosario, patrona de nuestra nación, nos ampare y bendiga en un año difícil en el que tanto bien es necesario realizar para contrarrestar tanto mal presente entre nosotros, pues el «mal se vence con la fuerza del bien» (Rom 12, 21).

Guatemala de la Asunción, 23 de enero de 2009

+ Pablo Vizcaíno Prado
Obispo de Suchitepéquez-Retalhuleu
Presidente de la Conferencia Episcopal de Guatemala 

+ Gonzalo de Villa y Vásquez, S.J.
Obispo de Sololá-Chimaltenango
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Guatemala

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ZENIT Staff

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