AMMÁN, domingo, 10 mayo 2009 (ZENIT.org).- Con la bendición de las primeras piedras de dos iglesias, Benedicto XVI ha querido redescubrir y relanzar las peregrinaciones al lugar en el que Jesús fue bautizado por Juan el Bautista a orillas del Jordán.
La importancia de este gesto no sólo para la Iglesia sino para la misma Jordania quedó subrayada en la tarde de este domingo por la participación en el encuentro de los reyes de Jordania, Abdalá II y Rania, a pesar de que no había sido prevista.
Los reyes acogieron al Santo Padre y juntos se subieron a un coche de golf para que el mismo monarca, sentado junto al Papa, le ilustrara los descubrimientos que se están realizando en este importantísimo yacimiento arqueológico, oficialmente conocido como el Sitio del Bautismo (Baptism site), que se encuentra bajo el control de una comisión jordana.
Estos descubrimientos, que comenzaron a realizarse en los años noventa, han mostrado cómo este lugar fue meta de peregrinación desde los inicios del cristianismo, como lo demuestran más de veinte iglesias, grutas y piscinas bautismales que se remontan al período romano y bizantino. Sin embargo, las vicisitudes históricas habían interrumpido después las peregrinaciones a este lugar.
Los arqueólogos consideran que se trata de la localidad que el Evangelio de Juan (capítulo I, versículo 28) define como «Betania, al otro lado del Jordán», una Betania diferente a la que se encontraba junto a Jerusalén (donde tuvo lugar el milagro dela resurrección de Lázaro) y que los exegetas hasta hace pocos años no sabían situar.
«A través de los siglos, muchos peregrinos han venido al Jordán para buscar la purificación, renovar su fe y estar más cerca del Señor. Así lo hizo la peregrina Egeria, que dejó un escrito sobre la visita al final del cuarto siglo», afirmó el Papa.
El Papa se refería a la viajera y escritora de la provincia romana hispana de la Gallaecia, que visitó los Santos Lugares (Egipto, Palestina, Siria, Mesopotamia, Asia Menor y Constantinopla), en un largo viaje, entre 381 y 384, recogiendo sus impresiones en su libro «Itinerarium ad Loca Sancta».
Por eso, afirmó «el sacramento del Bautismo, que saca su poder de la muerte y resurrección de Cristo, será considerado particularmente por las comunidades cristianas que se reunirán en las nuevas iglesias».
«Que el Jordán os recuerde siempre que habéis sido lavados en las aguas del Bautismo y que os habéis convertido en miembros de la familia de Jesús», deseó el Papa a los cristianos locales.
El rey Abadalá II proyecta construir cinco iglesias en este lugar para acoger a los peregrinos: una para cada confesión cristiana. Dos son precisamente la latina y la greco-melquita (ambas católicas).
Como ha explicado a ZENIT el guía turístico Nader Twal, cristiano, «por desgracia, este lugar que se encuentra en el origen de la fe cristiana todavía es olvidado incluso por la Iglesia», motivo por el cual espera que la visita del Papa permita redescubrirlo a los peregrinos del mundo.