MACERATA, lunes 18 de mayo de 2009 (ZENIT.org).- El Papa Benedicto XVI destacó la "innovadora y peculiar capacidad" para "procurar una armonía posible entre la noble y milenaria cultura china y la novedad cristiana" del misionero jesuita Matteo Ricci. 

Lo hizo en una carta enviada a monseñor Claudio Giuliodori, obispo de la diócesis italiana de Macerata donde Ricci nació en el año 1522, con motivo del cuarto centenario de la muerte del misionero, según ha informado este lunes la Oficina de Información de la Santa Sede.

El Papa valoró la "estrategia pastoral" del jesuita que permaneció en China 28 años, basada en la amistad y el respeto a la cultura china y conducida con una inteligencia de resultados proféticos. 

El "trabajo visionario" de este "intrépido e inteligente mensajero del Evangelio de Cristo" -señaló el Papa en la carta- impresiona por su "innovadora y peculiar capacidad de acercarse, con pleno respeto, a las tradiciones culturales y espirituales chinas en su totalidad". 

Concretamente, el Santo Padre destacó la cuestión de la amistad, "la profunda simpatía que sentía por los chinos, por su historia, su cultura y tradiciones religiosas", que "ha hecho original y, podemos decir, profético su apostolado". 

Esta amistad también le permitió superar dificultades e incomprensiones y "mantenerse fiel hasta la muerte", según el Papa. 

Benedicto XVI se refirió a Matteo Ricci como un "modelo de diálogo y respeto por las creencias de los demás" y deseó que las celebraciones en su honor iniciadas ayer 17 de mayo en Macerata sirvan para profundizar en el conocimiento de su personalidad y su actividad.