JERUSALÉN, viernes, 15 mayo 2009 (ZENIT.org).- ¿Ha logrado sus objetivos la visita de Benedicto XVI a Tierra Santa? El padre Thomas D. Williams, L.C., teólogo estadounidense, profesor de la Universidad «Regina Apostolorum» de Roma, responde a esta pregunta con los ojos de creyente.
El sacerdote, que ha comentando desde Jerusalén la peregrinación papal para el canal de televisión norteamericano CBS News y para ZENIT, aclara: «Aunque usted no lo haya sabido a través de los muchos reportajes de los medios de comunicación, el viaje de Benedicto XVI a Tierra Santa no ha sido principalmente político; ha sido espiritual».
«Desde el principio, Benedicto ha insistido en llamarlo ‘peregrinación’ en lugar de un genérico ‘viaje’ o ‘visita’. Y a pesar de su aspecto sumamente público, una peregrinación siempre tiene una dimensión intensamente personal. El Papa es, ante todo y sobre todo, un creyente cristiano, un discípulo del Señor Jesús».
El comentarista invita a pensar por un momento en lo que debe significar para Benedicto XVI visitar por primera y quizá última vez como Papa lugares como Galilea, donde su predecesor Pedro dejó todo para seguir a Cristo, o Jerusalén, donde Pedro renegó de Jesús, así como el Santo Sepulcro, descubierto vacío por el «pescador de hombres».
«El Santo Padre -subraya el padre Williams- es un hombre profundamente espiritual, y anhelaba hacer esta peregrinación. Este es el viaje que deseó más que ningún otro».
«Por debajo de las hinchadas y encrespadas olas superficiales de mucha actividad y oposición, hay un lugar tranquilo como la profundidad del mar donde el Papa se retira imperturbable, un lugar donde está solo con Dios. Como María, guarda todas estas cosas y las medita en su corazón (ver Lucas 2,19)».
En este contexto, comenta el padre Williams, «captamos el sentido pleno de la bella expresión de san Agustín a los fieles de Hipona: ‘Con vosotros soy cristiano; por vosotros soy obispo'».
«Aquí en Tierra Santa, Benedicto XVI es las dos cosas. Por nosotros –de hecho por todas las naciones y pueblos– es el obispo de Roma y vicario de Jesucristo. Es un líder, un profeta de paz, un predicador del Evangelio y un maestro de naciones. Por nosotros, cuida el rebaño de Cristo y confirma a sus hermanos en la fe».
«Pero con nosotros Benedicto XVI es un simple cristiano, un peregrino que visita los santos lugares y saca fuerzas de la gracia aquí presente . Con nosotros, permanece asombrado ante el misterio de la providencia de Dios y la majestad de sus obras».
Con estas consideraciones el padre Williams responde a la pregunta: ¿Ha sido un éxito el viaje de Benedicto XVI?
«Sin duda lo ha sido –responde–, pero no por las razones que muchos podrían sospechar. Estoy seguro de que el mismo Benedicto XVI respondería que el cambio real y duradero –el que cuenta– no es el resultado de programas políticos, argumentos brillantes, o resultado de la aprobación de las masas. Es la obra de la gracia de Dios en el corazón humano».
«Benedicto XVI –concluye– ha venido como un instrumento de esta gracia y, en palabras de san Francisco, un canal de la paz de Dios. Es lo que está llamado a hacer, y como buen fiel servidor, lo está haciendo».
Traducido del inglés por Nieves San Martín