TEL AVIV, viernes, 15 mayo 2009 (ZENIT.org).- "¡Nunca más derramamiento de sangre!", clamó Benedicto XVI este viernes al despedirse de Israel, al concluir su peregrinación de una semana a Tierra Santa.
"¡Nunca más enfrentamientos! ¡Nunca más terrorismo! Nunca más guerra! Por el contrario, rompamos el círculo vicioso de la violencia. Que pueda establecerse una paz duradera basada en la justicia, que haya una verdadera reconciliación y curación", invitó el Papa.
La despedida tuvo lugar en el aeropuerto Ben Gurion, en una ceremonia en la que participaron el presidente de Israel Shimon Peres pronuncói un discurso entrecortado por la emoción que concluyó en hebreo: "Shalom".
El Premio Nobel de la Paz consideró que el viaje papal "ha sido un ejemplo sincero del valor espiritual, ha sido una contribución importante a las nuevas relaciones entre Israel y el Vaticano, entre el mundo católico y el judío, ha sido la concretización de un diálogo duradero entre nuestra historia y nuestro pueblo, y su historia y la de millones de creyentes cristianos en todo el mundo".
El presidente recordó el discurso que el Papa pronunció en su primer día de estancia en Israel, en el Memorial del Holocausto de Yad Vashem, criticado por algunos exponentes judíos, y aseguró: "Sus palabras han tocado nuestros corazones y nuestras mentes".
Esta peregrinación, afirmó el presidente, con sus oraciones y silencios, "ha inspirado paz, suscitado esperanza y comprensión entre todos los habitantes de esta tierra".
"Santidad creo que su gran guía espiritual puede suscitar un nuevo espíritu de religiosidad en los hombres, y ayudar a las personas a entender que Dios no está en los corazones de los terroristas", dijo por último Shimon Peres. "Las palabras no pueden expresar lo que ha hecho, sólo podemos decirle, shalom, Dios le bendiga".
Por su parte, el Papa, en su discurso pidió "que sea universalmente reconocido que el Estado de Israel tiene derecho a existir y a gozar de paz y seguridad en el interior de sus fronteras internacionalmente reconocidas".
"Que sea igualmente reconocido que el pueblo palestino tiene el derecho a una patria independiente, soberana, a vivir con dignidad y viajar libremente", añadió.
"Que la solución de los dos Estados se convierta en realidad y no se quede en un sueño. Y que la paz pueda difundirse desde estas tierras; que puedan ser 'luz para las naciones' (Isaías 42,6), llevando esperanza a muchas otras regiones que son golpeadas por conflictos", aseguró.
En la ceremonia de despedida estuvo también presente el primer ministro Benjamin Netanyahu, como muestra totalmente fuera de protocolo del aprecio de las instituciones israelíes al Papa.