JERUSALÉN, domingo, 17 mayo 2009 (ZENIT.org).- Más de 7.000 jóvenes europeos, junto a otros pocos llegados de Australia y Puerto Rico, participaron este sábado en la tarde en una fiesta vocacional en el Monte de las Bienaventuranzas, en Galilea, que el Camino Neocatecumenal celebró como colofón a la visita de Benedicto XVI.

"Los más numerosos fueron los italianos y españoles que, como el resto de jóvenes, peregrinaron durante más de una semana por Tierra Santa para acompañar a Benedicto XVI" en uno de los viajes más importantes de su pontificado, explica a ZENIT Álvaro de Juana, uno de los encargados de la coordinación de la información del Camino Neocatecumenal.

El encuentro vocacional estuvo presidido por el arzobispo de Galilea del rito greco-melquita, monseñor Elías Chacour, acompañado de diversos patriarcas de otros ritos católicos y de algunos párrocos de Galilea. Contó con la presencia de los responsables de esta iniciación cristiana de adultos, los españoles Kiko Argüello y Carmen Hernández y el sacerdote italiano Mario Pezzi, además de estar presentes los embajadores de Italia, Polonia, Croacia, Albania y Malta, entre otras muchas personalidades. 

En la celebración también participó el arzobispo de Maracaibo (Venezuela), monseñor Ubaldo Ramón Santana, que acompaña estos días a dos comunidades que han finalizado el Camino y se encuentran renovando las promesas bautismales. Junto a los miles de jóvenes de Europa, participaron las comunidades neocatecumenales de Israel y las Hermanas de la Adoración Perpetua del Santísimo Sacramento, que quisieron vivir el encuentro vocacional celebrado junto a la Domus Galilaeae, la Casa de retiro y estudios inaugurada por Juan Pablo II en el año 2000, que acoge a los miembros de las comunidades que han terminado el Camino Neocatecumenal. 

En el encuentro estuvo presente la piedra que bendijo Benedicto XVI para el Parque que, en memoria de Juan Pablo II, se construirá en el Monte de las Bienaventuranzas, en el lugar donde el pontífice presidió una multitudinaria eucaristía con miles de jóvenes durante su viaje apostólico a Tierra Santa durante el Jubileo del año 2000. 

"Tras el anuncio del Kerygma --la Buena Noticia de Cristo muerto y resucitado-- por parte de Kiko Argüello, el Arzobispo de Galilea animó a los peregrinos a evangelizar y llevar al mundo entero el mensaje de Cristo", explica de Juana. 

"El momento más importante y emotivo -reconoce-- fue sin duda el 'sí' al Señor que 400 chicos dieron para ofrecer su vida a Cristo como sacerdotes y la disponibilidad de 200 chicas a la vida consagrada; llamada que cada uno de ellos deberá discernir a partir de ahora".