La Academia Pontificia de las Ciencias estudia los transgénicos

Semana de estudio en el Vaticano dedicada la biotecnología vegetal

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CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 20 de mayo de 2009 (ZENIT.org).- La semana de estudio sobre «Las plantas transgénicas para la seguridad alimentaria en el contexto del desarrollo» organizada por la Academia Pontificia de las Ciencias se ha celebrado del 15 al 19 de mayo en la Casa Pío IV del Vaticano con el objetivo de ayudar a aclarar el debate sobre los organismos modificados genéticamente (OMG).

Cuarenta y uno de los más competentes científicos y expertos del mundo en plantas transgénicas han tratado de responder a diversas cuestiones, entre ellas si la biotecnología vegetal favorecerá a las multinacionales y penalizará a los pequeños agricultores. 

También se han preguntado por qué unos nueve millones y medio de agricultores de los países en vías de desarrollo utilizan semillas transgénicas; si estas nuevas semillas pueden ayudar a África a desarrollar una revolución verde y si es posible distribuir semillas genéticamente modificadas como parte de programas de ayuda al desarrollo. 

También se ha tratado la postura del Vaticano en cuanto a la investigación y el desarrollo de la biotecnología vegetal. 

Han participado científicos procedentes de la India, Estados Unidos, México, Kenia, Alemania, Italia, Suiza, China, Egipto, Argentina, Gran Bretaña, Australia, Israel, Filipinas y Bélgica. 

Los participantes han debatido sobre las contribuciones de los productos transgénicos al desarrollo agrícola, la mejora del medio ambiente, la lucha contra las plagas y la sequía, la mejora de la nutrición y el enriquecimiento de la diversidad biológica. 

La introducción a las siete sesiones trató la difusión de la biotecnología en el mundo y su impacto potencial en el desarrollo de las naciones y las poblaciones. 

Una sesión analizó los riesgos en la gestión de los OMG e incluyó también el tema de los biocarburantes y de la necesidad de que no compitan con la producción alimentaria. 

La sesión de la mañana del martes 19 de mayo se dedicó al análisis de las posibilidades concretas y las dificultades para que los pobres se beneficien del uso de las semillas biotecnológicas. 

En la sesión final, los participantes debatieron cómo mejorar la reglamentación internacional y encontrar sendas que permitan a los pobres utilizar las innovaciones en biotecnología vegetal. 

No es la primera vez que un organismo de la Santa Sede se ocupa de las plantas transgénicas; de hecho, hay diversos estudios sobre biotecnología vegetal encargados por la Santa Sede. 

Entre ellos se encuentra el estudio de la Pontificia Academia para la Vida «Biotecnología animal y vegetal, nuevas fronteras y nuevas responsabilidades» (Librería Editora Vaticana, 1999). 

También el estudio documento de la Pontificia Academia de las Ciencias sobre el uso de las plantas genéticamente modificadas para combatir el hambre en el mundo, del año 2001. 

Y la introducción del presidente de esta Academia Pontificia, el profesor Nicola Cabibbo, ha sido también publicada en lengua italiana (Pontificia Academia de las Ciencias, extra series n. 23, Ciudad del Vaticano, septiembre de 2004). 

Para profundizar en el tema, el 10 y 11 de noviembre del 2003, el Consejo Pontificio «Justicia y Paz» convocó en el Vaticano a 60 de los mayores expertos científicos, agricultores, asociaciones medioambientales, ministros, economistas y moralistas. 

Ese seminario, titulado «OMG, ¿amenaza o esperanza», tenía como finalidad evaluar, en la perspectiva de la Doctrina Social de la Iglesia, las implicaciones de tipo ético de la utilización de los OMG, teniendo presente de manera particular la situación de grave carencia alimentaria que sufren algunas poblaciones pobres del mundo. 

Las actas del seminario han sido publicadas en italiano por el Consejo Pontificio «Justicia y Paz» (Ediciones ART, 2004), bajo el título «OMG, ¿amenaza o esperanza?». 

El Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia (Librería Editora vaticana, 2004) dedica una parte del capítulo X –sobre el medio ambiente– al «uso de la biotecnología» (números 472-480, pp. 260-263). 

En la entrada «biotecnología» del «Diccionario de Doctrina Social de la Iglesia», editado por el Consejo Pontificio «Justicia y Paz» y publicado por Librería Ateneo Salesiano, está escrito: hay «grupos de personas que, viendo algunos desastres medio ambientales y previendo otros mayores, se oponen fuertemente al desarrollo y a la aplicación de la biotecnología». 

Y continúa: «a menudo esos grupos provienen de una cierta ideología antihumanista, ya que proponen medidas restrictivas para la manipulación de las especies vegetales y animales mientras favorecen la manipulación de la persona humana, en su estado embrionario, en nombre de fines terapéuticos y también muestran mayor permisividad con la práctica del aborto, etcétera». 

«Hay que superar, por tanto, los dos extremos: la biotecnología no debe ser divinizada ni demonizada –se lee-. La técnica y, en consecuencia, la biotecnología es algo bueno, pero puede utilizarse mal; es necesario que, como cualquier actividad humana -la economía, la política y otras-, se guíe por la moral». 

«La biotecnología ha producido concretamente un gran desarrollo en muchos sectores como la medicina, la farmacología, la ganadería, etcétera –añade-. Si se utiliza adecuadamente, podrá resolver muchas cuestiones sociales del mundo moderno». 

Sobre el uso de la biotecnología vegetal habla también el Instrumentum Laboris de segundo sínodo de los obispos de África que se celebrará en octubre en Roma.

En el número 58 del Instrumentum Laboris se pide que «la campaña de siembra de OMG que pretende garantizar la seguridad alimentaria no debe hacer ignorar los verdaderos problemas de los agricultores». 

Y señala como esos problemas «la falta de tierras de cultivo, de agua y de energía, de acceso a los créditos, de formación agrícola, de mercados locales, de infraestructuras viales, etcétera». 

También indica que «esta técnica amenaza con arruinar a los pequeños agricultores y con suprimir sus siembras tradicionales y hacerles dependientes de las empresas productoras de OMG». 

En un artículo sobre los riesgos y beneficios de los OMG publicado en el diario de la Santa Sede, L’Osservatore Romano, el 30 de noviembre de 2003, el profesor Enrico Garaci, presidente del Instituto Superior de Sanidad explica las intervenciones realizadas en el seminario del Consejo Pontificio «Justicia y Paz». 

Más recientemente, el 1 de mayo, en su edición italiana, L’Osservatore Romano publicó un artículo titulado «Cuando se trata de reclutar al Vaticano» en el que se explica que la cuestión de los transgénicos «sigue abierta» porque, según el autor «nadie puede hoy decir que tiene el antídoto contra los grandes problemas alimentarios mundiales» y afirma que hay que afrontarla «sin dogmatismos, con equilibrio y responsabilidad». 

[Por Antonio Gaspari, traducción del italiano de Patricia Navas]

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ZENIT Staff

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