Primera fiesta litúrgica de los padres de Santa Teresita

Numerosas familias asistirán a la ceremonia 

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LISIEUX, jueves 9 de julio de 2009 (ZENIT.org).- El arzobispo de Milán, el cardenal Dionigi Tettamanzi, presidirá, este domingo 12 de julio en Lisieux, Francia, la primera fiesta litúrgica de los esposos Louis (1823-1894) y Zélie (1831-1877) Martin. 

El cardenal Tettamanzi ha invitado especialmente a las familias de su diócesis a que le acompañen a Lisieux para la fiesta de estos dos esposos, padres de Santa Teresa del Niño Jesús y de la Santa Faz, beatificados conjuntamente el 19 de octubre de 2008.  

Este cardenal fue el que inició el proceso para examinar la curación inexplicable de un bebé, Pietro Schilirò, de Monza, aprobado por la congregación romana para las causas de los santos para el proceso de beatificación. 

El rector del santuario de Lisieux, monseñor Bernard Lagoutte, también invitó a las familias a participar en esta celebración, con el consejo del padre de Teresa: «Sé feliz». 

La misa se celebrará a las 10:30 horas en la basílica del santuario de Lisieux. 

La fecha del 12 de julio ha sido escogida para celebrar la fiesta litúrgica de los esposos Martin por ser el aniversario de su boda, en Alençon, la medianoche del 12 de julio de 1858 en la iglesia de Notre-Dame. 

Pietro Schilirò, quinto hijo de Valter y Adèle Leo nació el 25 de mayo de 2002 en el hospital Saint-Gérard de Monza, en Italia. 

De la sala de partos fue llevado inmediatamente a la unidad de cuidados intensivos por una grave insuficiencia respiratoria. Fue entubado y conectado a un respirador. 

El 3 de junio, los médicos le declararon en peligro de muerte. Sus padres llamaron al padre Antonio Sangalli, carmelita, de Monza, para bautizar a Pietro de urgencia, y así lo hizo. 

Con el consentimiento de sus padres, se le realizó una biopsia al bebé el 6 de junio para propiciar un diagnóstico. Ello implicaba un gran riesgo para el pequeño. 

El padre Sangalli propuso entonces a sus padres, que conocía desde hacía años, que rezaran una novena a Louis y Zélie Martin, y ellos aceptaron, pidiendo a numerosos parientes y amigos que se unieran a ellos. 

Ellos les dieron el texto de la novena. Se colgó una imagen de los padres Martin en la cama de Pietro. 

El resultado de la biopsia no fue bueno. Sin embargo, los médicos se sorprendieron al constatar que el niño soportaba la ventilación de los pulmones sin sucumbir. 

El doctor D’Alessio, cirujano del hospital de Legnano (Milán), declaró que el examen macroscópico se presentaba en las peores condiciones y que, en su opinión, el estado de Pietro era desesperado. 

El doctor Capellini, del hospital de Monza, después de examinar su historial, habló de una malformación congénita debido a una insuficiente maduración pulmonar. 

El doctor Zorloni advirtió a la familia Schilirò que el tema tenía un enfoque mortal y que se extraerían muestras post mortem al recién nacido para los exámenes futuros. 

La familia y sus amigos comenzaron una segunda novena. El 13 de junio, tras el rezo del rosario, el padre Sangalli reiteró la petición a Louis y Zélie Martin para hacerles conocer la voluntad de Dios y para curar al niño. 

Los médicos observaron mejorías impredecibles hasta el punto de que el 29 de junio, día de la fiesta de San Pedro, se produjo una mejora significativa. 

El 2 de julio, se le retiró el respirador al bebé y el 27 abandonó el hospital. Tenía 33 días. 

El 14 de septiembre, Pietro fue llevado a la parroquia de Monza para recibir los ritos complementarios al bautismo en presencia de 400 personas que dieron gracias. 

Muchos médicos aconsejaron a sus padres que una comisión de la Iglesia examinara el caso de su hijo. 

Del 31 de diciembre de 2002 al 3 de enero de 2003, la familia Schilirò, con Pedro, de siete meses; el padre Sangalli, que se convirtió en vicepostulador de la causa de los esposos, y un grupo de peregrinos italianos fueron a Lisieux a agradecer. 

El 10 de junio de 2003 (tras la intervención de decenas de testimonios, entre ellos siete médicos), en la capilla del arzobispado de Milán, el cardenal arzobispo reconoció el origen milagroso de esta curación. 

Asistieron el padre postulador carmelita de la causa de los señores Martin, Siméon de la Sagrada Familia; monseñor Angelo Amadeo, instructor del proceso; monseñor Guy Gaucher, obispo auxiliar de Bayeux y Lisieux; la familia Schiliro, con Pietro (de trece meses) y un centenar de personas. 

El arzobispo informó a la Congregación para las causas de los santos, y el 7 de julio de 2003, el Papa Juan Pablo ya había sido informado de ello. 

Para que el matrimonio Martin sea canonizado algún día, deberá reconocerse otro milagro realizado por su intercesión, producido después de su beatificación. 

El padre Sangalli destacó el desprendimiento de los padres de Santa Teresita que, aun habiendo perdido cuatro hijos, «no por ello se sentían en propiedad de la vida, del futuro, del destino del resto de sus hijos». 

Sentían que eran colaboradores de Dios en este designio -recordaba el carmelita en una entrevista concedida a ZENIT el pasado mes de enero-y, ofreciendo el dolor y el sufrimiento, imploraban al Señor: «Somos esposos, somos colaboradores con Dios en la vida, ministros y siervos».  

«No se sintieron nunca como propietarios de los hijos -añadía–. No impusieron nada a los hijos.  

«Los ejemplos que estos hijos han vislumbrado en los padres han sido un estímulo para su elección de vida, porque veían que el papá y la mamá vivían una experiencia conyugal cristiana radical», opinaba. 

Por su parte, Benedicto XVI, en una carta de preparación del VI Encuentro Mundial de las Familias, ha presentado a Marie Zélie Guérin y Louis Martin como «modelos ejemplares de vida cristiana para las familias de hoy». 
 

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ZENIT Staff

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