CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 12 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI comenzará este lunes sus dos semanas de vacaciones anuales, que en esta ocasión transcurrirá en la localidad de Les Combes de Introd, del Valle de Aosta, en los Alpes italianos.
Antes de dejar Roma, este domingo el Papa pidió a los peregrinos congregados en la plaza de San Pedro del Vaticano para rezar el Ángelus que en estos días también le acompañen con la oración.
«La oración no experimenta distancias ni separaciones: allí donde estamos, hace de nosotros un solo corazón y una sola alma», aclaró, hablando desde la ventana de su estudio.
«Y a propósito de salidas –añadió–, aprovecho la ocasión para confirmar una vez más el deber de todos a la prudencia a la hora conducir en carretera y al respeto de las normas de tráfico. ¡Una buenas vacaciones comienzan precisamente por ahí!».
Durante las vacaciones el Papa tiene programados al menos dos encuentros públicos.
El domingo, 19 de julio, a mediodía, el Santo Padre guiará la oración mariana del Ángelus, en la plaza Ruggia, ante la iglesia parroquial de los santos Pedro y Solutore, en la localidad de Romano Canavese, en la diócesis de Ivrea.
Asimismo, el domingo siguiente, 26 de julio, lo hará en la residencia de Les Combes. Como es tradicional, durante las vacaciones quedarán suspendidas las audiencias y encuentros públicos.
A su regreso del Valle de Aosta, el 29 de julio, el Papa se trasladará al palacio pontificio de Castel Gandolfo, a unos treinta kilómetros de Roma.
A lo largo del periodo de verano quedan suspendidas todas las audiencias privadas y especiales. Mientras que las audiencias generales se volverán a reanudar el miércoles 5 de agosto.
Los domingos y solemnidades del mismo periodo veraniego, el rezo del Ángelus tendrá lugar en el Palacio Pontificio de Castel Gandolfo.
«La diócesis de Aosta y toda la comunidad acogen con alegría el regreso de Su Santidad Benedicto XVI entre nosotros», ha declarado el obispo local, monseñor Giuseppe Anfossi.
«Trataremos de preparar todo lo que depende de nosotros para que sus vacaciones sean serenas y le permitan un auténtico ‘período de descanso'», ha añadido, reconociendo que para los habitantes del Valle de Aosta la presencia del Papa «es un gran honor y para los creyentes un momento de gracia».