SANTIAGO DE COMPOSTELA, viernes, 24 julio 2009 (ZENIT.org).- Españoles y peregrinos de todo el mundo celebrarán mañana la festividad del Apóstol Santiago, patrón de España, en la Catedral de Santiago de Compostela.
En este importante destino de peregrinación, donde según la tradición se encuentra la tumba de Santiago Apóstol, se realizará una procesión hacia la Catedral de Santiago que iniciará a las 10 de la mañana y estará seguida de una misa solemne 10,30.
En la liturgia, después de la profesión de, presentará la tradicional «ofrenda», en nombre del Rey Juan Carlos I, el delegado real, que en este año es el presidente del gobierno de Galicia, Alberto Núñez Feijóo.
En la liturgia concelebrarán, entre otros, monseñor Santiago Agrelo, arzobispo de Tánger, el nuncio apostólico en la India, el arzobispo Pedro López Quintana, y el ministro general de los Frailes Menores, el padre José Rodríguez Carballo.
Santiago de Compostela es la madre varias ciudades que llevan el nombre de Santiago el apóstol (algunas de ellas son Santiago de Chile, Santiago de Cuba, Santiago de Cali en Colombia y Santiago de Guayaquil en Ecuador).
De esta manera, esta ciudad situada en la provincia de Coruña, al noroeste de España, se prepara para celebrar en el 2010 el Año Jubilar o «año Xacobeo», el cual se conmemora cada vez que el 25 de julio cae domingo. El siguiente año jubilar será en 2021.
Anualmente miles de peregrinos llegan caminando a Santiago de Compostela, siguiendo diversas rutas de acuerdo con el tiempo para hacer los recorridos. Encuentran así territorios llenos de historia cultura, tradiciones, gastronomía, a veces ignorados por los grandes circuitos turísticos internacionales.
Apóstol y mártir
El nombre Santiago es la traducción de Iákobos, una traducción griega del nombre del célebre patriarca Jacob.
Los evangelios narran cómo Santiago el mayor, hermano de Juan, fue uno de los tres discípulos´que tuvieron el privilegio de asistir a la transfiguración de Jesús. También acompañó a Jesús durante su agonía en el huerto de Getsemaní.
Santiago fue el primer apóstol ser martirizado, según lo narra san Lucas en los Hechos de los Apóstoles
El Papa Benedicto XVI en la audiencia del 21 de junio de 2006, aseguró que Santiago el Mayor tiene mucho que enseñarle a los hombres de hoy: «la prontitud para acoger la llamada del Señor incluso cuando nos pide que dejemos la «barca» de nuestras seguridades humanas, el entusiasmo al seguirlo por los caminos que él nos señala más allá de nuestra presunción ilusoria, la disponibilidad para dar testimonio de él con valentía, si fuera necesario hasta el sacrificio supremo de la vida».
El sarcófago de Santiago el Mayor
Según la tradición, los restos de Santiago, muerto en Palestina a inicios de los años 40 D.C. por el rey Herodes de Agripa, fueron trasladados luego a España donde al parecer había realizado su misión evangelizadora.
Su tumba fue descubierta en un bosque en el año 800 por un ermitaño llamado Pelayo, en un lugar denominado Campus Stella, de donde deriva el nombre Compostela.
Algunos estudios arqueológicos realizados durante el siglo XX han descubierto un mausoleo dentro de una necrópolis cristiana, romana y germánica, entre los siglos I y VII. Estos datos han encajado con la tradición del hallazgo de la tumba del apóstol. Allí se construyó la primera iglesia dedicada en su honor que da lugar a la actual catedral.
Entre los siglos X y XI cobraron su apogeo las peregrinaciones a Santiago de Compostela por diferentes caminos: el más conocido es el francés el cual llega a España a través de los caminos de Roncesvalles y Jaca y luego pasa por tierras de Navarra, Aragón, La Rioja, Castilla y León para atravesar Galicia y llegar a Santiago.
En las rutas se fueron construyendo albergues y hospitales para los peregrinos. Y fue el camino de Santiago sirvió como medio para propagar diferentes corrientes artísticas, económicas y culturales como los estilos románico y gótico en la arquitectura.
En 1989 se realizó allí la Jornada Mundial de la Juventud, en la que participó el papa Juan Pablo II, y en 1993 que fue el gran «boom» de las peregrinaciones con motivo de ese «año xacobeo», año también en que la UNESCO lo declaró patrimonio de la humanidad.
Por Carmen Elena Villa