PYONGYANG, lunes, 27 julio 2009 (ZENIT.org).- Distintas organizaciones de defensa de los derechos humanos en Corea del Sur han denunciado el aumento de las ejecuciones de cristianos en Corea del Norte, algunas de ellas en público.

El informe de varias organizaciones surcoreanas destaca el caso de una mujer que fue ajusticiada en público el mes pasado, en una localidad norcoreana cercana a la frontera con China.
 
Según indica Andre Vornic, corresponsal de BBC en Asia, la mujer fue acusada de distribuir biblias, espiar para Corea del Sur y Estados Unidos y colaborar con disidentes.
 
El gobierno de Estados Unidos sostiene que el hecho de poseer una biblia en el país comunista puede ser motivo de torturas y desaparición, afirma Vornic.
 
De acuerdo a las denuncias, los padres de esta mujer, su marido y sus hijos fueron enviados a un campo de detención. El corresponsal de la BBC añade que aunque estas informaciones son muy difíciles de comprobar, Corea del Norte es conocida por su intolerancia hacia la religión.
 
Según informa la agencia AP, la mujer ejecutada era una madre de tres hijos, Ri Hyon-ok, de 33 años. Fue ajusticiada en la ciudad del noroeste de Ryongchon el 16 de junio, según un informe de la Comisión Investigadora de Crímenes contra la Humanidad, publicado el viernes. El informe no ha podido ser verificado.
 
Pero sigue a los testimonios de disidentes norcoreanos e informes de grupos de derechos humanos que exponen cada vez con más frecuencia la persecución religiosa y violaciones de derechos en el país comunista.
 
El mes pasado, la Voz de los Mártires (VOM) advirtió que, a través de un fax anónimo aparentemente de la embajada norcoreana de Finlandia, decía que "algo muy malo sucedería" a los trabajadores de VOM si la organización continúa su proyecto de compartir el Evangelio. La advertencia era la respuesta a la obtención de VOM de números fax de Corea del Norte y su envío de faxes conteniendo mensajes cristianos y pasajes de la Escritura.
 
Corea del Norte ha sido calificada como el peor perseguidor de cristianos durante siete años consecutivos en la Lista de 2009 de Open Doors Watch.
 
Los norcoreanos son obligados a practicar un culto a la personalidad que incluye a Kim Jong-Il y su difunto padre. Cualquier otra religión, en especial la cristiana está prohibida.
 
Si se descubre que alguien es cristiano o posee una Biblia, es enviado a los campos de trabajo administrados por el Gobioerno o debe afrontar la ejecución pública.
 
Se cree que decenas de miles de cristianos están actualmente sufriendo en los campos de prisioneros de Corea del Norte, según Open Doors. Se sospecha que el régimen tiene detenidos a más prisioneros políticos y religiosos que cualquier otro país del mundo.
 
Hay algunas iglesias en la capital, Pyongyang, pero son principalmente para enseñarlas. No está claro si estas iglesias están abiertas sólo cuando los extranjeros las visitan o son sólo usadas por extranjeros. De todos modos, este puñado de iglesias no son para los ciudadanos norcoreanos, según los disidentes.
 
La Comisión Investigadora de Crímenes contra la Humanidad, una coalición de 50 grupos activistas, está pidiendo que el líder norcoreano Kim Jong-Il sea acusado de crímenes contra la humanidad.

A pesar de la persecución, se estima que unos treinta mil norcoreanos practican el cristianismo en sus hogares y en secreto.
 
Por Nieves San Martín