CASTEL GANDOLFO, miércoles 29 de julio de 2009 (ZENIT.org).- Benedicto XVI mantendrá este sábado en Castel Gandolfo un encuentro con los deportistas que participan estos días en Roma en el campeonato mundial de varias disciplinas de natación.
Al día siguiente, el domingo, a las 18 horas, asistirá a un concierto que tradicionalmente se celebra en el patio del palacio.
Éstas son algunas de las actividades del Papa en Castel Gandolfo de las que informa la edición diaria en lengua italiana de L’Osservatore Romano de este miércoles.
Como es tradición, durante su estancia en la residencia pontificia, situada a unos 30 kilómetros de Roma, el Papa no se pierde sus dos citas semanales con los peregrinos: el rezo del Ángelus, a mediodía de los domingos, y la audiencia general de los miércoles.
Benedicto XVI permanecerá en la Villa Pontificia de Castel Gandolfo, a la que llega este miércoles por la tarde, y permanecerá allí hasta los primeros días de octubre.
En principio, durante esos días sólo dejará Castel Gandolfo para realizar dos visitas pastorales programadas para el mes de septiembre, a la localidad italiana de Viterbo y a la República Checa.
Según señala el director de la Villa Pontificia de Castel Gandolfo, Saverio Petrillo, para el resto del verano la actividad del Papa se divide en dos fases: un primer momento de mayor reposo, vivido entre momentos de oración, relax y paseos; y una segunda fase de reanudación del trabajo, de encuentros oficiales y de audiencias.
Petrillo explica que, «en realidad, el Papa nunca pasa largos periodos de reposo; lo hemos visto también estos días en el Valle de Aosta y lo sabemos por nuestra experiencia directa».
Este año, también acompañará al Papa en Castel Gandolfo su hermano, monseñor Georg.
«Es una persona exquisita, delicada y llena de atenciones para todos –explica Petrillo–. No en vano el año pasado le fue concedida la ciudadanía honoraria de Castel Gandolfo».
Los dos hermanos pasan juntos gran parte del día, seguramente volviendo a los recuerdos de su infancia, añade. </p>
La Villa se ha preparado para acoger al Papa y a sus huéspedes: los árboles y setos están recién podados, los caminos adornados con flores naturales, y se ha dado una mano de pintura a las paredes para refrescar el edificio.
Un afinador ha preparado el piano, aunque «durante un tiempo, el Papa deberá renunciar a tocar a causa de su ligero infortunio», recuerda Petrillo.
En unos veinte días se retirará la escayola y después de un poco de fisioterapia, podrá volver a sus costumbres habituales, sobretodo a escribir, añade.
La gran familia de la Villa también se ha preparado con entusiasmo para recibir a Benedicto XVI.
«Todo se hace con gran alegría y disponibilidad porque los trabajadores son conscientes de estar llamados a realizar un servicio directo al Pontífice», explica.
Se ha revisado todo el sistema eléctrico para evitar el riesgo de que la villa quede sin energía.
«El municipio de Castel Gandolfo se une con entusiasmo a nuestro trabajo y la llegada del Papa también se convierte, para todo el municipio, en una oportunidad para cualquier trabajo de mantenimiento ordinario o extraordinario», explica Petrillo.
El entusiasmo se extiende también a la comunidad católica de la ciudad de Lacio. «No hay duda de que todo lo significativo que se produce en este periodo tiene como punto de referencia el Papa», indica.
Como ejemplo, señala el famoso festival de los melocotones, una fiesta muy popular en Castel Gandolfo, en la que los agricultores preparan para el Papa la cesta más bella de melocotones.
La comunidad eclesial celebrará con el Papa la solemnidad de la Asunción el 15 de agosto en la iglesia parroquial de Santo Tomás de Villanueva.