CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 29 de julio de 2009 (ZENIT.org).- La Biblioteca Apostólica Vaticana, cerrada desde el 14 de julio de 2007 por obras de restauración, reabrirá sus puertas en 2010, según anunció su prefecto, monseñor Cesare Pasini.
«Han pasado dos años, es decir, dos tercios del periodo de cierre», explicó a Radio Vaticano el pasado 26 de julio.
Con motivo de la reapertura en 2010, «se publicará un primer volumen de la Historia de la Biblioteca Apostólica Vaticana», anunció, «accesible a todos los curiosos interesados por una historia como la de la biblioteca».
Además, se organizará un congreso «estructurado en dos polos»: en primer lugar se presentará la «biblioteca como lugar de investigación», a través de investigadores a los que se les ha pedido «explicar lo que han hecho en los últimos 50 o 60 años».
La segunda parte del congreso tratará de presentar «qué es esa biblioteca, de qué vive y qué hace», explicó el prefecto de la biblioteca.
Dos años después del inicio de las obras de restauración, la biblioteca vaticana ha desarrollado varios servicios a pesar de su cierre: el catálogo en línea en internet y la reproducción fotográfica de los manuscritos.
La Biblioteca Apostólica Vaticana es una de las más antiguas del mundo. Es conocida sobre todo por sus colecciones de manuscritos de todas las épocas.
Conserva más de 1.600.000 libros antiguos y modernos, 8.300 incunables, más de 150.000 manuscritos y documentos de archivos sin contar 100.000 documentos impresos y fragmentos, 300.000 monedas y medallas y 20.000 objetos de arte.
La biblioteca conserva preciosos tesoros como el «Codex vaticanus«, un manuscrito de la Biblia completa en griego escrito hace 1.700 años.
Guarda también las actas originales del proceso de Galileo, un manuscrito autógrafo de Santo Tomás de Aquino y las cartas originales de Martín Lutero.
El 25 de junio de 2007, poco antes de su cierre, Benedicto XVI visitó la biblioteca vaticana y la calificó como una «casa acogedora de ciencia, de cultura y de humanidad» abierta a todos, donde se conserva precisamente la «síntesis entre cultura y fe».
La biblioteca vaticana lleva el nombre de «apostólica», porque es una institución que desde su fundación se considera la «Biblioteca del Papa», ya que le pertenece directamente.