MANGALORE, viernes 31 de julio de 2009 (ZENIT.org).- El cuerpo sin vida de un sacerdote fue hallado este jueves en una zona apartada cerca de Mangalore, al sur de la India.
El obispo de la diócesis a la que pertenecía, Belthangady, monseñor Lawrence Mukkuzhy ha descartado el robo como motivo del asesinato, según informó la agencia UCANews.
El padre James Mukalel, de 39 años de edad, falleció el miércoles al anochecer cuando volvía a su parroquia después de celebrar el funeral de un antiguo parroquiano y realizar algunas visitas a diversas familias y a un convento en la localidad de Thottathady.
Su cuerpo fue hallado con signos de asfixia a las siete de la mañana del jueves junto a la carretera, no muy lejos de su moto.
La muerte del joven sacerdote ha conmocionado a toda la diócesis siro-malabar de Belthangady, que el año pasado había denunciado diversos actos violentos contra los cristianos, entre ellos la destrucción de veinte iglesias y capillas.
Monseñor Mukkuzhy recordó el amor del sacerdote fallecido por los fieles y por la población de esa zona, su gran celo misionero y su ayuda a personas de todas las creencias.
Aunque era originario de la diócesis de Tellichery, el padre Mukalel se había trasladado a Belthangady para ejercer su ministerio.
El Global Council of Indian Christians ha pedido una investigación sobre este crimen y sobre otros ataques contra cristianos producidos en el Estado de Karnataka.