MANAGUA, lunes 17 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, monseñor Leopoldo Brenes, ha declarado que los obispos seguirán denunciando los problemas del país como parte de su misión pastoral, a pesar de las amenazas de muerte que han recibido tres obispos.
La amenaza «no nos preocupa, nosotros seguimos trabajando, estamos muy comprometidos con el año sacerdotal», aseguró monseñor Brenes, arzobispo de Managua, en declaraciones publicadas este lunes por la prensa local.
El vicepresidente de la Conferencia y arzobispo de Estelí, monseñor Abelardo Mata; el obispo de Granada, monseñor Bernardo Hombach, y el obispo de Chontales, monseñor René Sándigo, denunciaron la semana pasada haber recibido correos electrónicos con amenazas de muerte.
Según los obispos, las amenazas han tenido lugar después de que el arzobispado de Managua condenara las agresiones que sufrieron miembros de la Coordinadora Civil en la catedral metropolitana de parte de supuestos simpatizantes del Frente Sandinista.
El 9 de agosto los participantes en un «acto cultural», realizado con permiso expreso de la curia arquidiocesana, fueron atacados por supuestos sandinistas armados de piedras y palos, en los predios de la catedral de Managua.
En un comunicado leído por el obispo auxiliar y vicario general, monseñor Silvio José Báez, la curia arzobispal expresó la semana pasada que «alarma que éste no sea un hecho aislado, sino expresión de una política de intolerancia y de total irrespeto a la libertad de expresión y de movilización al que todo ciudadano tiene derecho».
«Como creyentes consideramos tales acciones como una agresión a la sacralidad de la persona humana creada a imagen de Dios y templo del Espíritu Santo y una profanación al espacio sagrado de nuestra Iglesia Catedral», afirmó el prelado en el comunicado, firmado también por el vicario episcopal, el canciller y el portavoz de la arquidiócesis.
El documento señala que en Nicaragua «nos urge la paz, que para los cristianos significa ausencia de todo tipo de violencia y compromiso sincero por el bienestar del otro, independientemente de su ideología, filiación política y condición social».
«Esta paz se construye con la autenticidad y la coherencia entre el discurso y los hechos concretos, desterrando el cinismo de los eslóganes que manipulan los valores religiosos y polarizan y confrontan a la familia nicaragüense».
El mensaje de la arquidiócesis exhorta al pueblo «a practicar la tolerancia y la paz; el uso de la razón para exponer y defender las propias ideas y a no sucumbir ante la tentación de la violencia, pues como dijo Jesús: los que empuñen la espada, a espada morirán».