ÚDINE, lunes 31 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- Peregrinos de las diócesis de Gorizia y Údine (Italia), Lubiana, Maribor e Capodistria (Eslovenia) y Klagenfurt y Graz (Austria), celebraron juntas una peregrinación al santuario udinés de la Virgen de las Gracias, el pasado sábado 29 de agosto.

Estuvieron presentes los obispos Alois Schwarz (Gurk-Klagenfurt), Alojzij Uran (Liubliana), Metod Pirih (Capodistria) y otros prelados.

Esta iniciativa, que va por su 27ª edición, surgió en 1987 por iniciativa del entonces obispo de Údine, monseñor Alfredo Battisti, como signo de reconciliación entre tres pueblos con raíces históricas comunes y, al mismo tiempo, duramente enfrentados en el último siglo.

Así lo recordó monseñor Pietro Brollo, arzobispo de Údine, durante la homilía de la Eucaristía del sábado, en presencia de los peregrinos y de sus obispos, ofreciendo "un abrazo de amistad y de fraternidad que supera toda las divisiones y aúna las diversidades".

Las diócesis presentes estuvieron desde antiguo ligadas a la archidiócesis de Aquileia (hoy desaparecida), una de las más antiguas e importantes de la cristiandad, ya que según la tradición, su primer obispo fue san Marcos evangelista, hacia el año 50 de nuestra era.

Aquileia fue disuelta en 1751, al erigirse las dos sedes episcopales de Gorizia y Údine. Estas zonas fronterizas fueron escenario bélico entre el Imperio Austrohúngaro e Italia, durante la primera guerra mundial, y entre Italia y la Yugoslavia de Tito durante el resto del siglo XX.

La peregrinación de este año llevaba por lema "María, causa de nuestra alegría", y según manifestó monseñor Brollo en su homilía, supone "una invitación a caminar con María por los caminos de la vida con la alegría en el corazón, en un tiempo en el que parece que precisamente la alegría sea la gran ausente de nuestro mundo".